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Sao Paulo.— El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde el pasado abril, fue oficializado ayer como candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la presidencia de Brasil.
En tanto, el partido Rede Sustentabilidade (REDE) nominó a la ex senadora y ex ministra de Medioambiente Marina Silva para su tercera postulación presidencial.
Los socialdemócratas designaron al ex gobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin para la contienda, quien ocupa el tercer lugar, sólo después del candidato de la ultraderecha, Jair Bolsonaro y de Marina Silva, en los sondeos que excluyen a Lula.
Al grito de “Lula libre”, la mayor formación de izquierda siguió adelante de forma oficial con la candidatura de su máximo líder a pesar de que probablemente será inhabilitado políticamente tras ser condenado en segunda instancia a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
De acuerdo con la ley electoral, condenados en segunda instancia, como es el caso de Lula, están impedidos de postular a un cargo electivo; sin emabrgo, el PT pretende registrar su candidatura el próximo 15 de agosto.
La posible impugnación de la postulación de Lula abre un mar de dudas en la izquierda brasileña, que está completamente fragmentada, y en el propio tablero electoral, que se encuentra totalmente indefinido a poco más de dos meses para las elecciones de octubre.
Líderes del PT, incluyendo a su presidenta, la senadora Gleisi Hoffmann, negaron tener un candidato de Plan B para que ocupe el lugar de Lula si se le prohibiera postularse.