Washington.— Las consignas contra la brutalidad policiaca se siguieron extendiendo ayer por todo el mundo, a medida que la batalla causada por el asesinato de George Floyd a manos de un agente pasa de las calles a la esfera política.
En Minneapolis, donde ocurrió el incidente, la presidenta del consejo municipal, Lisa Bender, anunció que el departamento de la corporación se desmantelará.
“Nos comprometimos a [esa decisión] y a reconstruir con nuestra comunidad un nuevo modelo de seguridad pública que realmente mantenga a salvo a [la población]”, explicó a la cadena CNN.
La ciudad de Nueva York dio a conocer una batería de reformas a la policía, que incluyen quitarle fondos para financiar servicios a la juventud y retirar a los agentes la responsabilidad de controlar el comercio callejero.
En esa urbe, el alcalde Bill de Blasio levantó ayer el toque de queda, aunque hubo nuevas manifestaciones. Además, defendió la necesidad de reformar una ley que mantiene secretos los expedientes disciplinarios de los agentes y anunció una iniciativa para designar embajadores de las comunidades que sean contacto con las autoridades.
Sin embargo, expertos aseguraron que las políticas asentadas que exigen a los agentes impedir que sus compañeros hagan uso excesivo de la fuerza siempre se enfrentarán a una arraigada cultura policial y el temor de ser excluidos y catalogados como soplones: “Esta es una lección para todo oficial de Estados Unidos, si ves que algo está mal, necesitas intervenir”, dijo Joseph Giacalone, exsargento de Nueva York.
En tanto, el gobernante de la Unión Americana, Donald Trump, ordenó la retirada de Washington de la Guardia Nacional, al alegar que la situación está bajo control tras las movilizaciones desatadas durante los últimos días.
No obstante, las críticas a su manejo de la crisis, continúan. El exsecretario de Estado, Colin Powell, anunció que votará por el candidato demócrata, Joe Biden, en las elecciones presidenciales a efectuarse en noviembre próximo.
“[Trump] no ha sido un presidente muy efectivo (...) miente todo el tiempo y se sale con la suya, porque no lo responsabilizarán”, declaró Powell, exfuncionario en el gobierno de George W. Bush. El mandatario contestó: “[El exsecretario] acaba de anunciar que votará por otro rígido, el dormilón de Biden. ¿Powell no dijo que Irak tenía armas de destrucción masiva? No las tenían, ¡pero fuimos a la guerra!”.
Por su parte, Condoleezza Rice, la primera mujer afroamericana en ser secretaria de Estado, señaló que aconsejaría al presidente contra el uso de militares en activo para contener las protestas pacíficas: “Este no es un campo de batalla”.
Biden se reunirá hoy en Houston, Texas, con la familia George Floyd, el afroestadounidense que murió el 25 de mayo a manos de la policía y cuyo caso desató la ola de protestas. Según medios locales, el aspirante a la Casa Blanca planea encontrarse en privado con los deudos y grabará un mensaje para el funeral que será mañana.
De Bruselas a Budapest, pasando por Madrid y Roma, decenas de miles de europeos salieron para denunciar el racismo.
En la capital española, unos 3 mil manifestantes, según autoridades, se reunieron frente a la embajada de Estados Unidos, hecho que se replicó en Budapest.
En Roma, una espontánea protesta congregó en la famosa Piazza del Popolo a miles de jóvenes que se arrodillaron en silencio con el puño en alto, durante nueve minutos, el tiempo en el cual el policía mantuvo su rodilla apoyada sobre el cuello de Floyd hasta que éste falleció.
Miles de británicos se manifestaron en Londres, por segundo día consecutivo. En la ciudad de Bristol, con un pasado esclavista, una estatua de Edward Colston, comerciante de esclavos, fue destruida.
Asimismo, en Bruselas cerca de 10 mil personas se congregaron ante el palacio de justicia.