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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
El movimiento estudiantil en México de 1968 no se puede entender sin la influencia que ejercieron las manifestaciones estudiantiles y obreras de Europa, sobre todo las que se realizaron en el Mayo Francés, aseguró José Manuel Barceló Moreno, investigador y académico de la Universidad Panamericana campus Guadalajara.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el investigador de la Escuela de Comunicación de esa universidad, explicó que 1968 fue un año en el que la juventud y los sectores progresistas de varias naciones en el mundo tuvieron un “despertar” para luchar por reivindicaciones justas como derechos humanos, sindicales y, en especial, por una liberación de la juventud.
Barceló aseguró que a la par de los acontecimientos que ocurrían entonces en Europa, el movimiento estudiantil mexicano tenía antecedentes que influyeron para que en julio de 1968 estallara con fuerza en la Ciudad de México y que durante tres meses las protestas y marchas fueran una constante en la capital.
“Las manifestaciones en Europa, sobre todo el Mayo Francés, fueron determinantes para que en México también se diera el movimiento estudiantil de 1968, pero se debe señalar que es también como consecuencia de luchas previas en varias partes del país, donde se habían dado resistencias universitarias y que influyeron en que se desatará con fuerza el movimiento estudiantil en la Ciudad de México; digamos que la represión que hizo la policía capitalina a estudiantes en julio fue la gota que derramó el vaso”.
Consideró que el año 68 es un momento particular en la historia del mundo, porque convergieron varios factores que desencadenaron protestas “como la idea de la revolución socialista con la URRS al frente, la música rock como forma de protesta, las ideas de que la juventud podía cambiar al mundo capitalista y teniendo como ideólogos o referentes a escritores como Herbert Marcuse o símbolos revolucionarios como el Che Guevara, símbolo que hasta el día de hoy es usado por las revueltas estudiantiles”.
Afirmó que a pesar de que la comunicación no estaba tan avanzada como ahora con las redes sociales, que pueden transmitir protestas o movimientos importantes en cualquier parte del mundo, “a nuestro país llegó el lema de ‘Prohibido Prohibir’ que se escribía en carteles y pintas en las paredes de Europa, que inspiró a que los universitarios mexicanos lo hicieran suyo, tomaran sus universidades y cuestionaran el establishment de una sociedad y un régimen político que todavía reprimía mucho a la juventud”.