Una mujer estadounidense de 19 años no podrá ver la ejecución de su padre, luego de que un juez confirmara una ley de Misuri que establece que es demasiado joven para ello.
Kevin Johnson será ejecutado el martes por el asesinato de un agente de policía que cometió en 2005, cuando tenía 19 años.
Él había solicitado que asistiera su hija, Khorry Ramey.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) había presentado una moción de emergencia en su nombre, argumentando que la ley estatal violaba sus derechos constitucionales.
La organización sostiene que el requisito de edad en la ley de Misuri, que prohíbe a cualquier persona menor de 21 años presenciar una ejecución, no tenía ningún propósito de seguridad.
Johnson, de 37 años, ha estado en prisión desde que Ramey tenía dos años.
El padre y su hija construyeron un vínculo a través de visitas, llamadas telefónicas, cartas y correos electrónicos. El mes pasado, Ramey llevó a su hijo recién nacido a la prisión para que conociera a su abuelo.
"Estoy desconsolada porque no podré estar con mi papá en sus últimos momentos", dijo Ramey en un comunicado, y agregó que su padre había trabajado duro para rehabilitarse en prisión y que estaba orando para que el gobernador de Misuri le conceda clemencia.
Johnson fue declarado culpable del tiroteo fatal del agente de policía de Misuri William McEntee, padre de tres hijos.
Los abogados de Johnson han presentado apelaciones para salvarle la vida.
Aunque no cuestionan su culpabilidad, argumentan que el racismo jugó un papel en la sentencia de pena de muerte.
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