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Libros, muñecas, cunas y cientos de máscaras de gas tiradas por el suelo se encuentran entre los artículos personales que permanecen congelados en el tiempo en la ciudad fantasma de Pripyat, en Chernobyl , como recuerdos de lo que alguna vez fue una comunidad de 50 mil personas. Así lo retrató recientemente el explorador Adam Mark , quien capturó unas impresionantes imágenes de la urbe que vivió una de las tragedias más grandes de la historia de la humanidad.
Pripyat fue una ciudad situada en la zona de exclusión de Chernobyl, al norte de Ucrania, y estaba destinada a albergar a los trabajadores de la central nuclear . Pero tuvo que ser evacuada en su totalidad tras la explosión, ocurrida el 26 de abril de 1986. Y pese a que en sus días activos albergó a casi 50 mil personas, nunca volvió a estar habitada.
Según el balance oficial de la ONU , el evento dejó 50 personas muertas y un millar que sufrió consecuencias físicas por los niveles de radiación. 36 años después, sigue vacía y con niveles de radiación altos. La invasión de Rusia en Ucrania, iniciada el pasado 24 de febrero, desató temores de un descuido, un ataque, que pudiera provocar una nueva catástrofe nuclear , con consecuencias impredecibles.
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Sin embargo, muchos turistas se animan a visitar las instalaciones de la central y el pueblo fantasma que quedó luego de la tragedia, pero para hacerlo deben acatar un estricto protocolo de seguridad.
El reactor nuclear número 4 está totalmente destruido. Foto: Instagram: @adammarkexplores
El fotógrafo británico visitó la zona del desastre a fines del año pasado, antes de la invasión, y capturó escalofriantes imágenes de Pripyat, que parece haber quedado congelada en el tiempo.
Entre las postales más destacadas que Mark subió a su cuenta oficial de Instagram (@adammarkexplores) se puede ver una guardería, con hileras de cunas, colchones y muñecas todavía en su lugar o una zona donde hay miles de máscaras de gas abandonadas en el suelo.
Máscaras de gas abandonadas y un libro infantil le dan un aire tétrico a esta toma del explorador urbano Adam Mark. Foto: Instagram: @adammarkexplores
Pero no todo se mantuvo tal cual lo dejaron hace 36 años: algunas partes de la ciudad, como las atracciones de los parques temáticos, están siendo engullidas por la naturaleza y los animales están recolonizando el área, ya que según el informe de la ONU los humanos no podrán vivir allí hasta dentro de un lapso de 24 mil años.
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Un hogar de niños, con sus camas tendidas y sus muñecos intactos quedó en el olvido en Pripyat. Foto: Instagram: @adammarkexplores
Alarma por los animales “mutantes”
Pese a que los humanos de la zona de exclusión fueron totalmente evacuados, los animales no tuvieron la misma suerte y aun sufren las consecuencias de la alta radiación esparcida por el territorio. La ciencia realizó investigaciones para determinar si la flora y la fauna de esta zona de Ucrania mostraron mutaciones en sus apariencias físicas y en sus formas de comportamiento.
Actualmente, en el territorio habitan osos, bisontes, lobos, linces, caballos de Przewalski, y unas 200 especies de aves, entre otros animales, según establece el doctor en Biología e investigador de la zona, Germán Orizaola, en un artículo donde expone sobre la “fauna de Chernobyl 33 años después del accidente nuclear”.
“Hemos encontrado además algún indicio de respuestas adaptativas frente a la radiación, como cambios en la coloración de las ranas. Las ranas de la zona de exclusión son más oscuras, lo que podría protegerlas de la radiación”, indicó el experto.
También se detectaron algunas características inusuales en los insectos, cuya vida es más corta o son más vulnerables ante los parásitos, sobre todo en zonas de alta radiación. Un informe de Nat Geo , relatado por el actor Will Smith, mostró telarañas extremadamente inusuales en la zona del desastre: el tejido es desordenado, irregular, con grandes agujeros y sin un patrón claro. El material concluye en la existencia de una mutación en los arácnidos, ya que se detectaron “problemas para tejer una telaraña normal”.
Los especialistas de la reserva de Radiación y Biósfera Ecológica de la zona observaron por tres años a los animales y notaron que su manera de comportarse ya no era la de ejemplares de cría, sino más bien de condición salvaje. Foto: Facebook Reserva de Radiación y Biosfera Ecológica de Chernobyl
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Otro cambio llamativo que se detectó en el lugar es el de la chinche de la malva arbórea, que se parece mucho a la vaquita de San Antonio. En el citado informe indicó que se observaron cambios en el color y falta de algunas partes del cuerpo, como algún ojo.
Pese a que, según especialistas de la Reserva de Radiación y Biosfera Ecológica de Chernobyl, se observaron cambios en el comportamiento del ganado y efectos negativos en las aves como daño en su sistema inmune, aumento de albinismo y alteraciones genéticas, los estudios revelaron que la fauna más pequeña fue quizás la más afectada, dado que frente a la radiación mostró las peores consecuencias en su salud, como tumores y cataratas.
Tras la invasión , miles de soldados rusos pasaron por la zona de exclusión de Chernobyl. Algunos acamparon cerca del sarcófago construido para contener la radiación del reactor nuclear de la central. Cavaron trincheras en una zona muy contaminada. Expertos han advertido que a esos efectivos podría quedarles no más de un año de vida.
aosr/rmlgv