En 1997, la princesa Diana caminó por un campo en Angola donde había de minas terrestres. Esas imágenes se hicieron mundialmente famosas.
Su hijo, el príncipe Harry, le sigue ahora los pasos y, como parte de la gira que hace por África con su familia, ha visitado dicho país para resaltar sus continuos esfuerzos por eliminar y destruir estas minas, que continúan acabando con la vida de miles de personas en decenas de países.
La princesa era conocida por realizar obras caritativas, defendiendo causas que no siempre estaban en el ojo público.
En 1987 por ejemplo, inauguró la primera clínica dedicada a la lucha contra el sida en Reino Unido, algo que ayudó a cambiar las actitudes hacia quienes portan el VIH.
Concientizar sobre las minas terrestres se convirtió en la causa principal de la princesa desde su divorcio del príncipe de Gales en 1996.
Angola es el país donde hay más minas terrestres.
Durante décadas, estas armas se utilizaron ampliamente en conflictos y muchas de las que no llegaron a explotar durante las guerras, continuaban matando y mutilando a quienes las pisaban o disparaban sin saberlo.
Las imágenes de Diana junto a amputados en Angola mostraron la destrucción que estaban causando estos dispositivos.
Harry sigue ahora el legado iniciado por su madre.
Con una armadura encima, el príncipe visitó el mismo sitio al que fue Diana, cerca de la ciudad de Dirico, en el sureste; y con la misma organización benéfica de limpieza de minas terrestres: Halo Trust.
El lugar estaba marcado con señales rojas de advertencia que mostraban un cráneo con tibias cruzadas, al igual que esas imágenes de Diana 22 años antes.
El personal de la organización benéfica ha estado trabajando desde agosto en aquel sitio, que fue minado por las fuerzas antigubernamentales en el año 2000, cuando se retiraron de allí. La organización benéfica espera dejarlo limpio de minas a finales de octubre.
Durante su visita, el príncipe llevó a cabo una explosión controlada para destruir una mina antipersona, un arma que tiene como objetivo a gente que va a pie.
El otro tipo de mina terrestre es la antitanque o antivehículo, que es menos sensible pero está cargada con más explosivos.
En un discurso, el príncipe Harry dijo que Halo Trust estaba ayudando a la comunidad a "encontrar la paz".
"Las minas terrestres son una cicatriz de guerra sin curar. Al limpiar las minas terrestres, podemos ayudar a esta comunidad a encontrar la paz y con la paz viene la oportunidad", dijo.
"Además, podemos proteger la vida silvestre, diversa y única que se basa en el hermoso río Kuito, junto al cual dormí anoche".
Harry recibió una charla de seguridad y se le dijo que no se desviara de los carriles despejados, que no tocara nada ni corriera.
Las minas terrestres suelen ser ocultadas bajo el suelo y se detonan ante el contacto. Si bien se usaron durante la Primera Guerra Mundial, fue después de 1960 cuando comenzó a extenderse su uso.
Entre 1999 y 2017, mataron a más de 120 mil personas según Landmine Monitor. El 87% era civiles y casi la mitad del total de víctimas eran menores de edad.
Aún quedan unos 60 países y territorios con campos minados.
La participación de la princesa Diana en la causa contra las minas incluyó un llamado global a prohibirlas.
En 1997, solo tres meses después de su muerte, 122 países firmaron el Tratado de Ottawa, que prohíbe el uso, la producción, el almacenamiento y la transferencia de minas antipersona.
Los países también están obligados a despejar los campos minados dentro de los 10 años posteriores a la suscripción y a destruir las ya existentes dentro de los cuatro años siguientes a la firma.
Ahora hay 164 países obligados por él, incluido el Reino Unido. Sin embargo, Estados Unidos, China, India y Rusia, que se cree que tiene la mayor reserva, se encuentran entre los 32 miembros de las Naciones Unidas que no lo han firmado.
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