Jerusalén/Gaza.— El presidente palestino, Mahmoud Abbas, anunció ayer la ruptura de “todas las relaciones” con Israel y Estados Unidos, incluida la cooperación en materia de seguridad, tras el plan de paz de Washington para Medio Oriente, que favorece a los israelíes.

El mandatario, quien hizo estas declaraciones en El Cairo durante una reunión extraordinaria de la Liga Árabe convocada por él, había anunciado en julio de 2019 su intención de no cumplir los acuerdos suscritos con Israel tras un recrudecimiento de las tensiones, aunque no cumplió sus amenazas.

Ayer, el presidente de la Autoridad Palestina aseguró categóricamente que no habrá “ningún tipo de relación” ni con los israelíes ni con los estadounidenses, “ni siquiera en materia de seguridad”, a la luz del plan desvelado el martes por el presidente Donald Trump.

La Liga Árabe rechazó oficialmente la oferta de la Casa Blanca, ya que este plan “no respeta los derechos fundamentales ni las aspiraciones del pueblo palestino”, afirmaron los dirigentes árabes, quienes se comprometieron a no cooperar con EU en su implementación. Los cancilleres de los países árabes reunidos en El Cairo, entre ellos el de Arabia Saudita y el Emiratos Árabes Unidos, abogaron por la solución de dos Estados.

Para el jefe de la Liga Árabe, el egipcio Ahmed Abul Gheit, el plan estadounidense equivale a crear “un Estado con dos categorías de gente, lo que significa un sistema de apartheid, porque convierte a los palestinos en ciudadanos de segunda clase (...) Es nuestro derecho aceptar o rechazarlo, aunque la propuesta en realidad parece se un dictado o una oferta que no se puede rechazar ni siquiera discutir”.

Abbas, quien dijo haber informado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de su decisión, instó a ese país a que “asuma sus responsabilidades por ser potencia ocupante” de los territorios palestinos.

“[Tenemos] el derecho de mantener una lucha legítima por medios pacíficos para poner fin a la ocupación”, agregó. Acusó que el plan estadounidense “viola los acuerdos de Oslo” firmados con Israel en 1993.

Estos acuerdos, de los que Abbas fue negociador clave, permitieron crear la Autoridad Palestina y definir las relaciones con Israel en campos desde la gestión del agua hasta la seguridad y los lazos económicos. Si los palestinos cesan de cumplir los acuerdos con Israel, tendrá consecuencia principalmente en la seguridad en Cisjordania.

Unos 400 mil colonos israelíes viven en este territorio, a menudo conflictivamente, con más de 2.5 millones de palestinos, y la cooperación de los servicios de seguridad de ambas regiones ha permitido desactivar decenas de atentados antiisraelíes. Los israelíes aseguran que la Autoridad Palestina se beneficia de la estabilidad.

En este contexto, el ejército israelí afirmó ayer que palestinos en Gaza dispararon “proyectiles” no especificados hacia Israel en la noche, los últimos de una serie de disparos lanzados desde el miércoles. No se reportaron víctimas.

Razón de inconformidad

El plan de Trump da a Israel luz verde para anexar el estratégico valle del Jordán, alrededor de 30% de Cisjordania, y todas las colonias israelíes, más de 200, incluidas las de Jerusalén Este. Según el plan, Israel puede proceder inmediatamente a esta anexión, mientras que los palestinos tendrán que dar muestras de “buena voluntad” antes de poder crear un Estado limitado en cuatro años, denunció Abbas.

Los palestinos tienen que reconocer al “Estado judío”, desarmar la Franja de Gaza y renunciar al derecho de retorno tras el éxodo provocado por la creación de Israel en 1948, resumió. Su líder anunció que irá al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para pedir una conferencia internacional que relance las negociaciones con Israel, bajo la égida de Rusia, la Unión Europea, la ONU y Estados Unidos. En Israel, una reunión prevista para hoy en la que Netanyahu pediría la aprobación del gabinete para anexar partes de Cisjordania ocupada, fue anulada, indicó su oficina.

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