El presidente brasileño Michel Temer sobrevivió ayer a una votación en el Congreso sobre si debía ser enjuiciado por cargos de corrupción.
Con el fin de evitar ser suspendido y enjuiciado por los cargos de obstrucción de la justicia y de encabezar una organización criminal, Temer necesitaba el respaldo de cuando menos una tercera parte de los 513 integrantes en la Cámara de Diputados.
El conteo final fue de 251 en favor del presidente por 233 en contra. El resto fueron abstenciones y ausencias. Temer sobrevivió a una votación similar por cargos distintos, de soborno, en agosto.
“Esta acusación es frágil, inepta y peor que la primera”, dijo el legislador Celso Russomanno después de votar a favor de Temer.
La oposición, que intentó posponer la votación, arremetió contra el mandatario.
“Voto como más de 90% de los brasileños que han condenado al gobierno corrupto de Temer”, declaró la legisladora opositora Luiza Erundina. Aunque es un triunfo claro para el presidente, Temer se ha debilitado por diversos escándalos y está por verse si puede recabar el apoyo necesario para lograr importantes reformas. Además, fue un mal día para el mandatario brasileño. Por la mañana se informó que había sido hospitalizado debido a una obstrucción urinaria, pero por la tarde salió sonriendo.
Los cargos en su contra se derivan de una investigación de corrupción que comenzó como una pesquisa por lavado de dinero y terminó por desenterrar una red sistemática de sobornos en las cúpulas del poder brasileño. Decenas de políticos y empresarios han sido encarcelados.
Odebrecht se reforma. Michael F. Munro, director global de Cumplimiento de la empresa brasileña Odebrecht, aseguró ayer que han eliminado las malas prácticas, que desembocaron en un escándalo internacional, y que cumplirán las normas.
“Estoy 100% seguro de que hemos alcanzado y hemos parado la corrupción”, dijo, al tiempo que reconoció que será un “reto mayor” el cambiar su reputación. AP y EFE