Londres.— El primer ministro británico, Boris Johnson, presentó ayer su “propuesta final” sobre el Brexit a la Unión Europea (UE) y pidió a Bruselas “alguna concesión” para alcanzar un acuerdo, porque de lo contrario su país, prometió, abandonará el bloque brutalmente a final de mes.

El plan consiste en reconocer un estatus especial para Irlanda del Norte y la creación de dos fronteras virtuales, una en el mar del Norte y otra entre las dos Irlandas.

“Reino Unido está haciendo concesiones y espero que nuestros amigos europeos lo entiendan y hagan alguna concesión”, dijo ante miembros de su partido al clausurar su congreso anual.

Johnson busca reemplazar la denominada “salvaguarda irlandesa”, el punto más conflictivo del acuerdo de la expremier Theresa May, por otro sistema que permita evitar una frontera para bienes entre la provincia británica de Irlanda del Norte e Irlanda —país miembro de la UE— para preservar el acuerdo de paz que en 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto en la región.

La propuesta del premier busca prescindir de los controles en la línea fronteriza: que “los movimientos de mercancías entre Irlanda del Norte e Irlanda se notifiquen mediante una declaración” y que los controles físicos se realicen en los locales de los comerciantes.

De acuerdo con el texto, la provincia británica conservaría las regulaciones del mercado único europeo, lo que “eliminaría todo control regulatorio para el comercio de bienes”, afirmó Johnson en una carta enviada a Juncker acompañando la propuesta.

Sin embargo, contrariamente a la “salvaguarda” de la que Reino Unido sólo podría salir de mutuo acuerdo con la Unión Europea, estas disposiciones deberían ser aprobadas por el parlamento autónomo norirlandés antes de entrar en vigor, al término de un periodo de transición, y posteriormente cada cuatro años.

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, aseguró a su par británico por teléfono que su propuesta no satisface “completamente” los objetivos en torno a la frontera con su vecina Irlanda del Norte. La Eurocámara también tiene reservas sobre el nuevo plan.

“Todavía queda mucho trabajo por hacer para alcanzar los tres objetivos de la salvaguarda: la ausencia de fronteras, la protección de la economía irlandesa y la protección del mercado único” europeo, resumió por su parte el negociador de la UE, Michel Barnier.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, señaló que la propuesta de Londres contiene “avances positivos hacia un acuerdo”, aunque ha advertido que “hay todavía puntos problemáticos que necesitarán aclararse en los próximos días”.

Bruselas manifestó su disponibilidad para negociar el plan, aunque expresó sus dudas de que garantice que no habrá una frontera dura que divida a Irlanda después de la salida de Reino Unido de la UE.

Determinado a unir a su partido, dividido durante décadas sobre la relación con la UE, Johnson desplegó todo su carisma en el cierre del Congreso, tomándose a broma su difícil relación con un parlamento que desde su llegada al poder en julio no cesa de frustrar todas sus iniciativas.

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