Varsovia.— Polonia hizo retroceder a cientos de migrantes que intentaban entrar a su territorio desde Bielorrusia, país al que acusó de “terrorismo de Estado” y contra el cual tanto Estados Unidos como la Unión Europea (UE) alistan sanciones.
La alta comisionada de Naciones Unidas para derechos humanos, Michelle Bachelet, calificó de “intolerable” la crisis de migrantes en la frontera polaco-bielorrusa, y reclamó acceso humanitario “inmediato”. En un comunicado, afirmó que “cientos de hombres, mujeres y niños no deben ser obligados a pasar una noche más en un clima glacial sin refugio, alimento, agua y cuidado médicos adecuados”.
Se trata de al menos 2 mil migrantes, principalmente kurdos de Medio Oriente. Están agolpados desde hace varios días en una zona boscosa de la frontera oriental de la UE, soportando temperaturas gélidas. Al otro lado de las alambradas, en territorio polaco, un fuerte dispositivo militar les corta el paso.
El ministro polaco de Defensa, Mariusz Blaszczak, explicó que unos 15 mil soldados protegen el límite, además de policía y guardias fronterizos. Su ministerio también alegó que las autoridades bielorrusas intimidan a los migrantes para que crucen la frontera por la fuerza. Minsk acusa a Varsovia de cortar el paso a estas personas usando incluso “violencia física” y “gases”, y “disparando por encima de sus cabezas”. La prensa y las organizaciones humanitarias no pueden acceder a la frontera, debido a las medidas de excepción tomadas por el gobierno polaco.
Los migrantes se encuentran en tierra de nadie, porque Polonia aprobó la expulsión por la fuerza de los migrantes irregulares, mientras que Minsk derogó el acuerdo de readmisión con la Unión Europea y no les permite regresar a la capital.
La canciller alemana en funciones Angela Merkel pidió al presidente ruso Vladimir Putin “actuar” contra “la instrumentalización de los migrantes por parte del régimen en Bielorrusia”. Sin embargo, tanto Rusia como Bielorrusia rechazan estar usando a los migrantes procedentes de Oriente Medio.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su colega de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cerraron filas contra Bielorrusia y prometieron imponer sanciones a ese país por la crisis de los migrantes. Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, acusó a Bielorrusia de “acciones inhumanas” y advirtió que “estamos preparando nuevas sanciones en estrecha coordinación con la UE y otros socios y aliados; sanciones que harán que el régimen de Lukashenko rinda cuentas por sus persistentes ataques a la democracia, los derechos humanos y las normas internacionales, si no cambia de rumbo inmediatamente”.
Von der Leyen anunció que la UE ampliará sus sanciones a Bielorrusia “muy rápido, a principios de la semana que viene”, y que afectarán tanto a individuos como a entidades de ese país.
A decir de la UE, Naciones Unidas y EU, el presidente bielorruso Alexander Lukashenko generó esta crisis en un intento por presionar debido a las sanciones que se le impusieron tras la sangrienta represión de las manifestaciones contra su reelección.
Este jueves tendrá lugar una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar el tema.