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La enorme mesa que separaba a los presidentes de Rusia y de Francia, Vladimir Putin y Emmanuel Macron, cuando se reunieron el lunes pasado en el Kremlin tomó por asalto las redes sociales.
Las imágenes y memes de ambos mandatarios separados por aquella mesa de cuatro metros de largo generaron probablemente más comentarios que el tema central de su encuentro: la crisis en la frontera de Ucrania.
El aparentemente desmesurado mesón no solamente fue motivo de burlas, sino también de sesudos análisis de expertos en comunicación no verbal. Algunos de ellos señalaban que se trataba de un mensaje diplomático que estaba enviando el Kremlin a Macron.
Sin embargo, la verdadera razón era otra: el presidente francés se había negado a hacerse una prueba de PCR requerida por las autoridades rusas como condición previa para poder acercarse a Putin, según ha confirmado el Kremlin.
Ese protocolo era inaceptable y no encajaba con las actividades que tenía programadas Macron, según dijeron a la BBC que fuentes francesas.
En contraste, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tendrá que someterse a cinco pruebas de este tipo si quiere acercarse a Putin durante la visita a Moscú que tiene programada para la próxima semana.
Los detalles de la visita de Macron al Kremlin surgieron después de que circularon reportes según los cuales el mandatario francés se negó a hacerse una PCR por temor a que los rusos obtuvieran muestras de su ADN.
El resultado fue que ambos mandatarios mantuvieron un encuentro marcado por estrictas medidas de distanciamiento social: no se dieron las manos ni se acercaron físicamente y se mantuvieron separados por el enorme mesón.
Fuentes diplomáticas francesas le dijeron a la agencia Reuters que Macron debía escoger entre hacerse la PCR rusa para acercarse más a Putin o aceptar estas medidas de distanciamiento social.
"Sabíamos bien que eso significaba que no habría apretón de manos y esa larga mesa, pero no podíamos aceptar que ellos obtuvieran el ADN del presidente", dijo a Reuters una de las fuentes, aunque sin explicar cómo los servicios secretos de Rusia podrían sacar provecho del ADN de Macron.
El Kremlin confirmó que Macron había sido mantenido a distancia de Putin porque había declinado someterse al test ruso.
El portavoz del gobierno de Rusia, Dmitry Peskov, dijo que entendía la posición de Francia y que esta no había afectado las conversaciones.
Macron se había sometido a una PCR antes de salir de Francia y sus médicos le hicieron una prueba de antígeno una vez que llegó a Moscú, según le dijo otro fuente diplomática francesa a Reuters.
"Los rusos nos dijeron que Putin necesitaba ser mantenido en una estricta burbuja sanitaria", dijo a Reuters esta segunda fuente.
Las pruebas de Bolsonaro
Macron no es el único presidente que ha sido sometido a la diplomacia de "mesa larga" del Kremlin. A inicios de este año, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, también tuvieron que mantenerse a gran distancia de Putin durante sus respectivas visitas a Moscú.
De cara a la visita que la semana próxima realizará a Moscú el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, el Kremlin también ha exigido que el mandatario y toda su delegación se sometan a estrictos controles de salud.
De acuerdo con los lineamientos enviados por el Kremlin al gobierno de Brasil, a los cuales tuvo acceso BBC News Brasil, Bolsonaro y quienes le acompañen tendrán que someterse hasta a cinco pruebas de PCR.
Una de estas se realizará entre tres y cuatro horas antes del encuentro con Putin.
La BBC consultó a la presidencia y al ministerio de Exteriores de Brasil para saber si Bolsonaro aceptará someterse a estos requerimientos del Kremlin, pero ninguna de estas instituciones lo confirmó.
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