El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer , fecha en la que se recuerda a 129 trabajadoras textiles que murieron en un incendio, provocado por el dueño de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist , en 1908 .
Aquel día, las mujeres se encontraban en huelga para exigir igualdad salarial, disminución de la jornada laboral y un tiempo para poder dar pecho a sus hijos ; motivos por los que los dueños de la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York , decidió encerrarlas para que cumplieran con su jornada.
Una leyenda de los hechos cuenta que cuando el dueño prendió fuego al edificio, las empleadas estaban trabajando con telas de color violeta , color del que se pintó el humo del lugar.
Algunas versiones indican que es por esto que los movimientos feministas retoman este color como su bandera.
Aunque también hay quienes plantean que si el feminismo pugna por la igualdad de hombres y mujeres, al juntar los clásicos azul y rosa, resulta el violeta por lo que es el color de la igualdad.
Por su parte, las sufragistas inglesas retomaron este color, junto con el verde y el blanco. Esto, según la activista inglesa Emmeline Pethick porque “el violeta es el color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad. El blanco simboliza la honradez en la vida privada y en la vida política. El verde simboliza la esperanza en un nuevo comienzo”.
Lo cierto es que tras 110 años del asesinato de las trabajadoras de la fábrica textil de Nueva York , el color que se asoció socialmente con las mujeres, es el rosa .
Al término de la Segunda Guerra Mundial , este tono ganó terreno como el distintivo de las mujeres.
En el discurso, la esposa del presidente estadounidense Eisenhower o la actriz Jayne Mansfield defendieron la postura tradicional de la mujer.
“Ike dirige el país, yo giro las chuletas de cerdo”, declaró Mamie Eisenhower. En tanto que la actriz expresó que “los hombres quieren una chica que sea rosa, indefensa, y que hagan un montón de suspiros”.
Por otro lado, la campaña de la lucha contra el cáncer de mama retomó el color rosa pero con la idea de poner en la agenda pública la importancia de la auto exploración. Esto inició con la Fundación Susan G. Komen del Cáncer de Mama a finales de 1990.
Pero no todos lo usos del color rosa buscan promover el autocuidado, las campañas mercadotécnicas también han utilizado este tono como recurso para promocionar sus productos y, apartir de ello, generar un mercado específico situado en el sexo femenino.
Lo cierto es que no hay razones biológicas o que relacionen al sexo femenino con el color rosa , el único motivo que lo hace, es una relación cultural y un discurso específico.