Una intensa humareda cubrió el miércoles el noreste de Estados Unidos por segundo día consecutivo, tiñendo el aire de un gris amarillento y provocando advertencias para que la población permanezca en casa y mantenga las ventanas cerradas. El humo procede de decenas de incendios forestales que arden en varias provincias de Canadá.
Gran parte del aire se encontró en las “categorías de insalubre o peor en zonas que van desde la región central del Atlántico hasta el noreste y partes de los Grandes Lagos”, según un aviso de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) el miércoles por la noche.
Las autoridades federales de Estados Unidos emitieron alertas por la calidad del aire en varias regiones y se tiene previsto que el humo persista durante días.
Las condiciones eran particularmente malas en algunas zonas del centro del estado de Nueva York, donde las partículas suspendidas de hollín alcanzaban niveles peligrosos. En la ciudad de Nueva York, las autoridades dijeron el miércoles que todos deben permanecer en casa. La humareda llegó la tarde del martes, oscureciendo las vistas de Nueva Jersey, del otro lado del río Hudson.
A continuación un vistazo de lo que está pasando y de lo que hay en el humo:
Los incendios se originaron debido a las incesantes condiciones inusualmente calurosas y áridas.
“El mes de mayo fue fuera de lo común, altas temperaturas a niveles históricos en gran parte de Canadá”, dijo Eric James, un experto en modelos con el Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencias Medioambientales de la Universidad de Colorado, quien también colabora con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus iniciales en inglés).
“No recuerdo incendios de esta magnitud en los últimos 10 años”, comentó James.
Un planeta en calentamiento significa que las olas de calor sean más intensas y prolongadas, lo que provoquen incendios más grandes y con más humo, según Joel Thornton, profesor y presidente del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Washington.
Los incendios de la zona metropolitana de Quebec son grandes y están relativamente cerca — entre 800 y 970 kilómetros (500 y 600 millas) — de Rhode Island, y se producen después de otras conflagraciones en Nueva Escocia.
Su humo se desplaza hacia Estados Unidos desde el mes pasado. Los incendios más recientes cerca de Quebec arden desde hace varios días.
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Los fuertes vientos en la parte superior de la atmósfera pueden transportar el humo a grandes distancias y es habitual que los grandes y violentos incendios creen condiciones insalubres a cientos de kilómetros de donde arden los bosques.
Pero para que el humo cubriera algunas de las principales ciudades de Estados Unidos se tuvieron que dar circunstancias las adecuadas: Una primavera seca y calurosa fue el primer paso. El clima hizo el resto, dijo Bob Henson, meteorólogo de Yale Climate Change Connections.
En Canadá, el aire circula en sentido contrario a las manecillas del reloj alrededor de un sistema de baja presión cerca de Nueva Escocia. Eso envía el aire hacia el sur sobre los incendios en Quebec. Allí, el aire recoge el humo, y luego gira hacia el este sobre el estado de Nueva York, llevando el humo a la costa este.
“Es sólo cuestión de trayectoria”, explicó Henson. “El humo va hacia donde lo lleva el viento”.
Este patrón de viento no es particularmente inusual, pero la confluencia de acontecimientos sí lo es.
“Desafortunadamente, este patrón meteorológico coincide con una situación propicia para grandes incendios”, dijo Thornton.
Los patrones meteorológicos cambiarán y las condiciones más graves tendrán que durar apenas uno o dos días. Sin embargo, parte del humo podría persistir durante una semana o más.
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Aunque el humo parece familiar, en realidad está compuesto por una compleja mezcla de formas, desde redondas hasta en forma de sacacorchos bajo el microscopio. “No es sólo un tipo de sustancia química”, comentó Rima Habre, experta en calidad del aire y ciencia de la exposición de la Universidad del Sur de California. “Puede tener gases, carbonos y metales tóxicos”. Cambia a medida que viaja, y también puede contener ozono, característico.
Gran parte de lo que vemos en el aire y mediamos son partículas pequeñas, o PM 2,5. Son tan pequeñas que pueden adentrarse en los pulmones, donde el oxígeno entra en la circulación. “Lo que más nos preocupa es la inflamación de los pulmones”, dijo Habre, debido a estos altos niveles de contaminación. Pero con el cambio climático intensificando los incendios, ella está cada vez más preocupada de que haya más personas expuestas a un humo menos extremo por semanas o meses.
“La mayoría de los adultos y niños saludables serán rápidamente de la exposición al recuperar humo y no tendrán de salud duraderas”, según el aviso de la EPA. Pero esto es menos cierto para una gran variedad de personas, como los niños cuyos pulmones aún están en desarrollo, los ancianos y las personas con enfermedades pulmonares, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
La recomendación es permanecer en interiores, con las puertas, ventanas y chimeneas cerradas. El aire acondicionado en recirculación puede ayudar a filtrar algunas partículas, y los filtros de aire pueden eliminar muchas más.
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