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El huracán Florence amenaza estos días la costa sureste de Estados Unidos al tiempo que el tifón Mangkhut avanza hacia Filipinas y la costa oriental de Asia continental.
Regiones que sin embargo están más o menos acostumbradas a la llegada de este tipo de devastadoras tormentas, como también lo están el Caribe y el golfo de México.
Al igual que el norte de Australia, la región ecuatorial del océano Índico y hasta la costa oriental de África, donde se producen los ciclones.
De hecho, llámese huracán, tifón o ciclón, este tipo de tormentas se da por la región tropical con una excepción: Sudamérica.
Más allá del Caribe de Colombia y Venezuela, que tampoco son proclives a verse directamente golpeados, ni la costa Atlántica ni la Pacífica de Sudamérica son región propicia para este tipo de fenómenos.
Así es que cabe preguntarse, ¿por qué no hay huracanes en Sudamérica?
"Semillas"
Los huracanes se forman por la acumulación de tormentas eléctricas que se desplazan sobre aguas oceánicas cálidas.
Cuando el aire cálido de la tormenta y de la superficie oceánica se combinan, empiezan a elevarse en forma de remolinos que se desplazan hacia el oeste.
Y este es un fenómeno que, en el Atlántico, ocurre en el hemisferio norte y no en el sur. ¿Por qué?
"La razón principal es la ausencia de núcleos de lluvias y tormentas como existe en el hemisferio norte, una banda nubosa que rodea en forma fragmentada todo el planeta y que se denomina Zona de Convergencia Intertropical. De esa zona es que surgen las 'semillas' de huracán", explica John Morales, director de Meteorología de la cadena de televisión estadounidense NBC en Miami.
Esta característica se suma a que "la temperatura del mar en el Atlántico sur es en promedio más fría y que hay vientos desfavorables en altura", aclara el meteorólogo a BBC Mundo.
El experto se refiere a que los vientos verticales cortantes en el Atlántico sur son muy fuertes para los huracanes.
"Los vientos en la alta troposfera (alrededor de 10 km de altura) son unos 32 km/h más veloces que los vientos en la superficie del océano. Y esta diferencia, o corte, destruye las tormentas antes de que se intensifiquen demasiado", explica por su parte el portal de ciencia de la agencia espacial estadounidense NASA.
Por estas condiciones se hace de muy difícil y hasta casi imposible que se formen huracanes.
Sin embargo, nunca digas nunca jamás.
El huracán sin nombre
En 2004, ocurrió una situación particular.
Se formó un huracán frente a la costa sur de Brasil y tocó tierra en la frontera entre los estados de Río Grande do Sul y Santa Catarina.
El fenómeno natural generó controversia entre meteorólogos de Estados Unidos y Brasil ya que fue el primero que se formó en esa zona desde que se tiene registro, según confirman numerosos estudios.
"Definitivamente fue una asombrosa excepción", comentó el meteorólogo Morales.
Se trató de un huracán categoría 1, con vientos de entre 120 y 150 km por hora, según un estimado confirmado por el satélite QuikScat de la NASA.
Y como no son usuales este tipo de fenómenos en el Atlántico sur, el huracán no tenía hombre, al menos oficialmente.
Sin embargo, más tarde los brasileños le pusieron Catarina, por su proximidad con el estado de Santa Catarina, en el sureste de Brasil.
El fenómeno provocó la muerte de al menos tres personas, causó importantes inundaciones con decenas de miles de evacuados y produjo significativas pérdidas económicas.
A raíz de esta excepción, Morales también destacó que países en el norte de Sudamérica como "Venezuela y Colombia pueden ser afectados por ciclones caribeños, pero generalmente sus rutas son más al norte que esas costas (no siempre, pero casi siempre)".
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