Cada vez más venezolanos buscan abandonar su país huyendo de la crisis que sufre.
Pero muchos no pueden hacerlo porque no consiguen renovar su pasaporte, un bien muy preciado en Venezuela.
El asunto cobra especial gravedad ahora que los gobiernos de Perú y Ecuador han decidido exigir el pasaporte a los venezolanos que quieran entrar en su territorio.
En Ecuador un juez suspendió la decisión, pero Perú lo exige desde este sábado, lo que agravó la situación de muchos que buscaron llegar a toda prisa antes de que entrara en vigor la decisión, porque no disponían del pasaporte..
La inquietud se nota en las colas en la oficina central del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) en Caracas, donde se realizan los trámites.
Estos días son todavía más largas de lo habitual.
Mujeres, hombres y niños aguardan en una fila que desborda los límites del edificio a que llegue su turno. Muchos han venido desde muy lejos. No es la primera que lo hacen y temen que tampoco sea la última.
"Llevo tres semanas seguidas viniendo", cuenta Yasnaya en la cola.
Se queja, además, de los malos modos del personal.
"Todo esto es horrible; te insultan, te humillan, te desprecian… y todo porque estás pidiendo algo a lo que tienes derecho, como es tu pasaporte".
"Te piden un papel, y cuando lo traes, entonces te dicen que te falta otro", protesta.
Pese a todo, está resuelta a soportar cuántas colas hagan falta para conseguir el pasaporte que le hace falta para que ella y sus dos hijos gemelos puedan reunirse en México con su marido.
Más hacia el final de la cola, detrás de muchos que, aburridos, han optado directamente por sentarse en el suelo de la calle, espera Argelia González.
Ella ha venido a Caracas desde Ocumare de la Costa, en el Estado Aragua, tras pasar varias horas en un autobús en el que viajaban como "sardinas". Se levantó a las 5 de la madrugada.
Su marido la espera en Perú. También a su hija de 8 años. Es ella la que no tiene pasaporte.
"Cuando oyó en la radio que el gobierno peruano iba a empezar a pedírselo a los venezolanos rompió a llorar porque piensa que nunca verá de nuevo a su padre", cuenta Argelia.
Es más de la una de la tarde cuando conversamos. Debido al constante deterioro del transporte público en Venezuela, no cree que le vaya a dar tiempo a regresar a casa.
Planea hacer noche en casa de su madre, que vive en Caracas, y al día siguiente volver a la carga.
Faltar a su trabajo de enfermera en un hospital público no parece preocuparle mucho.
"Me pagan tan poco que estoy pensando en renunciar".
El trámite ha de iniciarse en una página web, en la que el ciudadano debe realizar el pago de las tasas oficiales para la obtención del documento y solicitar la cita para acudir a una de las dependencias donde se entregan.
Pero con frecuencia, denuncian algunos usuarios, el sistema electrónico de pago falla y al solicitante se le realiza el cargo sin que se le dé la cita. A veces incluso se les cobra por duplicado.
"Inicié el trámite por internet y pagué las tasas, pero luego se bloqueó todo", le dijo Daysy Caldera a BBC Mundo.
Las autoridades han prometido una renovación integral de la página del Saime.
Con el objetivo de mejorar la prestación de sus servicios, el gobierno anunció en julio una "profunda transformación y reestructuración" del Saime que afectó a sus cuadros directivos.
Una de las misiones del nuevo equipo rector es devolver su dinero a quienes sufrieron los errores del sistema y agilizar la entrega de los pasaportes.
El nuevo director del Saime, Gustavo Vizcaíno, afirmó este 10 de agosto que ya se han entregado 38.000 de los 92.000 pasaportes que permanecían retenidos en La Bóveda, como se conoce al depósito central del organismo.
Aunque el Saime tiene 244 oficinas distribuidas por todo el país, son muchos los que se desplazan hasta la central de Caracas, la única en la que albergan esperanzas de encontrar el pasaporte que buscan.
Tampoco son más fáciles los trámites para apostillar documentos como partidas de nacimiento u otros certificados que sus familiares ya emigrados necesitan para obtener ayudas públicas o regularizar su situación en los países en los que se han instalado.
La lentitud no es el único problema del Saime.
Cuando recientemente anunció la reforma, el ministro para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, declaró que el objetivo era también "la lucha frontal contra la corrupción".
En los últimos meses se conoció la detención de varios funcionarios acusados de acelerar la entrega de pasaportes a cambio del pago de una generosa cantidad en divisas.
Se trata de una práctica ilícita de la que muchos venezolanos han oído hablar.
Una mujer que pidió que no se publicara su nombre me contó cómo se las arregló para poder obtener su pasaporte y el de su hijo, al que quería enviar a España.
Un conocido la ayudó a encontrar a alguien que podría resolver su problema a cambio de dinero.
"Nunca lo vi en persona. Pagué US$2.600 por mi pasaporte y por el de mi hijo". Ese es un monto fuera del alcance de muchos.
"Eso fue hace ya algún tiempo. Es posible que ahora sea más caro", añade.
Según relata, acordada la transacción, los convocaron al Saime, al que accedieron por "la entrada VIP", y les tomaron unas fotografías.
A los tres días, los citaron para que retiraran sus nuevos pasaportes y poder disfrutar así de sus cinco años de vigencia.
Muchos de los que esperan en la cola de afuera tendrán que conformarse con una prórroga de dos años de su viejo documento.
Está por ver si las medidas del Ejecutivo para hacer al Saime más transparente y limpio dan resultado.
De momento, las colas continúan junto a sus oficinas.
Frente a la oficina de Quinta Crespo, en el oeste de Caracas, los venezolanos venidos de otros puntos del país hacen noche en la calle para estar bien situados cuando abra sus puertas.
El miedo a la delincuencia, muy alta en esta zona, y la espera pesan menos que el deseo de salir Venezuela.