Toksook Bay, un remoto pueblo de pescadores en la costa de Alaska, se convirtió esta semana en protagonista de noticias y reportajes de prensa de buena parte del mundo.
El motivo es que esta pequeña localidad fue la elegida por las autoridades de Estados Unidos para dar comienzo al censo nacional de 2020.
El conteo de la población arrancó oficialmente este martes con la visita del jefe de la Oficina del Censo estadounidense, Steven Dillingham, a Lizzie Chimiugak Nenguryarr, una vecina de Toksook Bay de 90 años.
El censo de EE.UU., que se realiza cada diez años para contar a la población residente en el país -actualmente estimada en unos 330 millones-, oficialmente comienza en marzo.
Sin embargo, el trámite se adelanta hasta enero en el caso de Alaska. Pero ¿por qué?
El motivo no es otro que, al inicio de cada año, el suelo de Alaska aún está lo suficientemente congelado como para atravesarlo.
Sin embargo, meses más tarde se derrite y convierte algunas zonas en prácticamente pantanos, por lo que sería muy complicado desplazarse para los trabajadores del censo.
Además, con la llegada del deshielo muchos pobladores deciden dispersarse en expediciones de caza y pesca.
"Las áreas extensas y escasamente pobladas de Alaska son tradicionalmente las primeras en ser contadas", dice la Oficina del Censo.
"Los encuestadores locales deben jugar con ventaja mientras el terreno helado permite un acceso más fácil a las áreas remotas con desafíos únicos de accesibilidad".
De hecho, los encuestadores del censo usan trineos tirados por perros y motos de nieve para llegar a muchos de estos lugares.
Toksook Bay se encuentra en la costa oeste de Alaska, a unos 800 km de Anchorage, la ciudad más grande del estado.
En el último censo realizado en 2010, Toksook Bay tenía una población de 590 personas. La oficina estimó en 2017 que el número había aumentado a 661.
Pero Toksook Bay no siempre es el primer pueblo en ser contabilizado en el censo.
En 2010, el conteo empezó en Noorvik, en la costa noroeste. En 2000, comenzaron en Unalakleet.
Los pueblos indígenas en la bahía de Toksook son yupik, un grupo nativo de Alaska y el Lejano Oriente ruso que habla diferentes lenguas como el yugtun.
En Alaska tienen 20 idiomas oficiales. Los materiales del censo no estaban disponibles en ninguno de ellos, lo que significaba que los encuestadores debían trabajar con traductores y expertos locales para comunicarse con los vecinos.
Sin embargo, en un esfuerzo por impulsar las respuestas entre los grupos indígenas, la Oficina del Censo tradujo este año sus materiales a varios idiomas indígenas, incluidas las lenguas yupik.
El jefe de la Oficina del Censo le dijo a la agencia Reuters que el acto de lanzamiento no era solo para contabilizar la población de una localidad concreta, sino para atraer la atención del resto de EE.UU.
"Es la primera vez que se corre la voz en todo el país de que ya llegó el censo", dijo.
El censo de este año trajo polémica mucho antes de su lanzamiento debido a la intención del presidente Donald Trump de incluir en los cuestionarios una pregunta acerca de la ciudadanía de los encuestados.
Tras casi dos años de disputas legales y el bloqueo de la Corte Suprema, la pregunta no fue finalmente añadida. Pese a todo, muchos inmigrantes mostraron su temor a que la Oficina del Censo pudiera usar sus datos para otros fines.
Sin embargo, en los materiales de la campaña se lee que "por ley, la Oficina del Censo no puede compartir información alguna que lo identifique a usted, su hogar o su negocio, ni siquiera con la policía".
"La ley asegura que su información personal nunca se publicará y que sus respuestas no pueden usarse en su contra en algún tribunal o agencia gubernamental", añade.
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