El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski , luchaba el jueves contrarreloj por evitar que el Congreso lo destituyera bajo acusaciones de " incapacidad moral" por sus lazos con la firma Odebrecht, algo que afirma haría peligrar la democracia.

La presentación del mandatario para asumir su defensa en el Congreso coincidió con un pedido del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, padre de la lideresa del partido Fuerza Popular que domina el parlamento, ante una comisión que lidera Kuczynski para que se le conceda la libertad.

Casi toda la oposición, que domina el Congreso , había dicho que votaría por la salida de Kuczynski, un escenario que la mayoría de los peruanos apoya según un reciente sondeo de IPSOS.

Pero el jueves el popular legislador Kenji Fujimori, hijo del expresidente, anunció que no apoyará la destitución del mandatario, en abierta oposición a su partido que ha afirmado que apoyará la figura de la "vacancia".

Aunque el gobierno negó la posibilidad de un acuerdo con el partido Fuerza Popular para que Fujimori quede libre a cambio de que Kuczynski evite el mismo destino que sufrió el condenado exmandatario, observadores creen que es una carta que se discute entre bambalinas.

Fujimori, de 79 años, está cumpliendo desde 2007 una condena de 25 años de reclusión por abusos a los derechos humanos. El partido de su hija tiene 71 legisladores de los 87 necesarios para aprobar la destitución del presidente, pero otras fuerzas como el Frente Amplio, con 10 escaños, ya dijeron que apoyarán la salida.

Se espera que el Congreso peruano vote esta noche.

Kuczynski, un exbanquero de 79 años,

está haciendo las matemáticas para ver si logra evitar convertirse en el primer presidente en ejercicio destituido por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht, que dijo hizo pagos de cientos de miles de dólares a consultoras vinculadas al mandatario.

Kuczynski dijo el jueves que en el Congreso no había suficientes votos para sacarlo del cargo durante una entrevista con una radio de Colombia. Una fuente del gobierno calculaba que a la oposición aún le faltaban conseguir tres votos.

"Lo que está en juego no es la vacancia de un presidente, sino la democracia, que tanto le costó al Perú recuperarla, la estabilidad de un país próspero", dijo Kuczynski.

COMO EN BRASIL Y PARAGUAY

La legisladora opositora Úrsula Letona dijo que una remoción de Kuczynski sería democrática como pasó con los expresidentes de Brasil, Dilma Rousseff, y de Paraguay, Fernando Lugo, ambos destituidos en juicios políticos por sus Congresos.

"Sería constitucional y democrático aprobar una vacancia, como ocurrió recientemente en Brasil y Paraguay, con sus diferencias", dijo Letona durante el debate.

En su discurso en el Congreso unicameral, el mandatario reiteró que su empresa consultora Westfield Capital, que trabajó alguna vez con la constructora Odebrecht, nunca contrató con el Estado y que nunca incurrió en un conflicto de intereses.

Sin embargo, Kuczynski admitió que Westfield Capital recibió depósitos de Odebrecht por asesorías cuando era ministro pero que había entregado la gestión de la firma a su entonces socio, el empresario chileno Gerardo Sepúlveda.

"Nunca participé en las asesorías, ni realicé ningún tipo de gestión de intereses mientras fui ministro", sostuvo Kuczynski acompañado de sus dos vicepresidentes.

Odebrecht informó la semana al Congreso peruano que transfirió 4,8 millones de dólares a consultoras vinculadas a Kuczynski, y pagó a una de ellas cuando era funcionario del Gobierno del expresidente Alejandro Toledo.

Si el mandatario es destituido, el primer vicepresidente Martín Vizcarra, un ingeniero civil que llegó a Lima el miércoles desde Canadá donde era embajador, debe asumir su cargo hasta completar el periodo en 2021.

Odebrecht ya implicó a los expresidentes Ollanta Humala y Toledo,

acusados de sobornos. Humala está en prisión a la espera de un juicio y Toledo -que vive en Estados Unidos- tiene una orden de captura con fines de extradición.

ESCENARIO COMPLICADO

Kuczynski llamó a los legisladores a votar con conciencia

y que no se dejaran confundir por falsas especulaciones.

En un mensaje al país en la víspera, Kuczynski advirtió que ninguno de sus vicepresidentes aceptará ser parte de un Gobierno que nazca "de una maniobra antidemocrática".

En caso de que Kuczynski sea removido de su cargo y sus dos vicepresidentes renuncien a la sucesión, la presidencia de Perú recaería en manos del jefe del Congreso, Luis Galarreta -de Fuerza Popular- que tendría que convocar a nuevas elecciones.

Este escenario -que sería el más temido por el mercado porque retrasaría las inversiones- ha generado volatilidad en los mercados, aunque la moneda cerró el jueves sin cambios y la bolsa subió levemente.

El miércoles, miles de personas marcharon en Lima para reclamar "que se vayan todos los corruptos", en una muestra de desconfianza hacia los políticos.

lsm

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