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Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró ayer estado de emergencia en California y ordenó que el gobierno federal preste asistencia adicional debido al incendio que desde el 23 de julio afecta a la región y que ha dejado seis muertos y obligado a cerca de 38 mil personas a desalojar.
El mayor de los incendios que amenazan al estado casi se ha duplicado en tamaño, mientras que otro empujó a miles de personas a huir y un tercero forzó el cierre parcial del popular Parque Nacional Yosemite.
Dos niños y su abuela de 70 años Melody Bledsoe murieron en el incendio conocido como Carr, confirmaron sus familiares a los medios. Los tres quedaron atrapados en el fuego cuando estaban por desalojar su casa, en la localidad de Redding, informó la cadena NBC.
Las autoridades señalan que hay 17 personas desaparecidas.
Las llamas también cobraron la vida de dos bomberos, dijo por su parte el Servicio Forestal y de Protección de Incendios de California (Cal Fire), mientras que otro bombero falleció en el incendio identificado como Ferguson.
En una declaración de emergencia para California, el presidente Donald Trump “ordenó ayuda federal para complementar los esfuerzos de respuesta estatales, comunitarios y locales debido a las condiciones de emergencia que resultaron” del incendio, dijo la Casa Blanca.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias “está autorizada a identificar, movilizar y proporcionar, a su discreción, el equipo y los recursos necesarios para aliviar los impactos de la emergencia”, añadió.
El gobernador californiano Jerry Brown había pedido el viernes ayuda federal “para salvar vidas y proteger la propiedad”. También pidió aviones militares, refugios y agua para 30 mil residentes desalojados en el condado de Shasta, en el norte-centro del estado, en donde Carr creció de manera “incontrolable”.
Asimismo, declaró el estado de emergencia en Shasta y ordenó a las fuerzas de la Guardia Nacional que ayudaran a los 3 mil 400 bomberos que intentan, apoyados por 17 helicópteros, contener el incendio que ha destruido 500 estructuras.
Según los servicios de emergencia de California (Cal OES), unas 63 mil hectáreas han sido consumidas por las llamas en los 14 incendios que hay en el estado, y cerca de 10 mil bomberos han sido movilizados para combatirlos.
Las llamas que iniciaron el miércoles en el parque nacional de San Bernardino, 150 kilómetros al sureste de Los Ángeles, han arrasado con 5 mil 300 hectáreas y se ha contenido sólo 17%, según un balance presentado ayer.
Poco después de que se iniciara el fuego, las autoridades arrestaron a un hombre de 32 años, Brandon McGlover, sospechoso de ser el responsable de nueve incendios en el suroeste del condado de Riverside. El viernes por la mañana, fue acusado de 15 cargos de incendio criminal, de los que se declaró inocente.
Más al norte, otro incendio —llamado Ferguson— continuó su avance cerca del parque nacional de Yosemite. El fuego ha causado el cierre de algunos sectores de la atracción natural, incluyendo el Valle de Yosemite, que debería reabrir al público el 3 de agosto.
Se espera que en los próximos días continúen en la zona las altas temperaturas, el ambiente seco y los vientos que han favorecido la rápida propagación de las llamas.
En todo EU, según el Centro Nacional de Coordinación de Incendios, había ayer 89 siniestros, en 14 estados. Según expertos, este ha sido el peor inicio de la temporada de incendios en 10 años y en parte se debe a la sequía que afectó la zona entre 2012 y 2017 y que acabó con la vegetación.