Damasco.— Al menos 33 efectivos del ejército gubernamental y sus aliados murieron ayer en dos ataques de combatientes ligados a la organización Al-Qaeda en la zona desmilitarizada de Hama y Latakia, en el norte de Siria, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Un total de 27 personas perecieron en un ataque del grupo Ansar al Tahuid, vinculado a la organización extremista, contra una posición gubernamental en la localidad de Al Masasna, en el norte de Hama, dentro del cordón de seguridad pactado entre Rusia y Turquía para separar a las fuerzas sirias de los islamistas. El ataque se produjo en la madrugada y los muertos aumentaron en las pasadas horas, según el Observatorio.
El organismo informó de un segundo ataque contra las fuerzas gubernamentales en una zona montañosa en el noreste de Latakia y que fue perpetrado por la Organización de Liberación del Levante, exfilial de Al-Qaeda en Siria.
Al menos seis efectivos de Damasco fallecieron en el segundo ataque, después del cual se desencadenaron enfrentamientos entre las dos partes y se registraron heridos en las filas de los insurgentes y de los uniformados.
En tanto, los enfrentamientos entre las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), integradas por milicias kurdas y combatientes del Estado Islámico (EI) continuaron de forma intensa en torno al último enclave de los yihadistas en el este del país.
Las FSD lanzaron el pasado viernes el ataque final para tomar el control del área límite, donde los yihadistas están atrincherados en el interior de la población de Al Baguz y desde entonces los combates fueron intermitentes, por lo que el avance de las FSD fue complicado.
Adnan Afrin, un comandante de las FSD, calificó los combates como “violentos” y “feroces”.
Las milicias no pudieron ganar terreno, porque “los miembros del EI defendieron sus posiciones y emplearon artefactos explosivos y túneles” excavados en la localidad para esconderse, atacar y huir, dijo.
Por otro lado, el gobierno de Siria participó en su primer reunión multilateral de países árabes desde el inicio del conflicto armado de 2011, en un nuevo paso hacia su reintegración política en la región.
El líder del Parlamento sirio, Amuda Sabbagh, viajó a Amán, en Jordania, para participar de una reunión de parlamentarios de países árabes.
Su homólogo jordano, Atef al Tarawneh, hizo un llamado a los países de la región para que “trabajen hacia una solución política a la crisis Siria, y que para que Siria recupere su lugar” en el mundo árabe.