El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo , prometió el martes garantizar una "transición tranquila" , pero insistió en que el presidente Donald Trump asumirá nuevamente a pesar de la proyectada victoria de Joe Biden.
"Habrá una transición tranquila hacia un segundo gobierno de Trump ", dijo Pompeo durante una tensa conferencia de prensa.
"El mundo debe tener plena confianza en que la transición necesaria para que el Departamento de Estado esté efectivamente operativo hoy, y efectivamente operativo con el presidente que estará en el cargo el 20 de enero por la tarde, será una transición exitosa", dijo refiriéndose a la fecha y hora de la investidura presidencial.
Los líderes mundiales, incluidos casi todos los aliados de Estados Unidos, han felicitado a Biden, quien logró una ventaja indiscutible en estados clave, y cosechó la mayoría del voto popular a nivel nacional.
Pero Trump se ha negado a conceder su derrota en las elecciones del 3 de noviembre alegando un fraude masivo, pidiendo recuentos y promoviendo acciones legales.
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Cuando se le preguntó si Estados Unidos aún puede emitir declaraciones pidiendo elecciones libres en el mundo, Pompeo dijo que la pregunta era "ridícula".
"Este departamento se preocupa profundamente por asegurarse de que las elecciones en todo el mundo sean seguras, libres y justas, y mis funcionarios arriesgan sus vidas para garantizar que eso suceda", dijo.
La negativa a aceptar la derrota del presidente, Donald Trump , en las elecciones del pasado martes abre un escenario caótico en Estados Unidos con el Departamento de Justicia respaldando las denuncias infundadas de fraude electoral, mientras sigue bloqueada la cooperación con el equipo de transición de Joe Biden.
Cuatro días después de que se proyectase a Biden, candidato demócrata, como próximo presidente de Estados Unidos, Trump sigue parapetado bajo un muro de acusaciones sin evidencia.
"Estamos haciendo grandes progresos. Los resultados empezarán a llegar la próxima semana. Volvamos a hacer grande a Estados Unidos", dijo Trump a primera hora de este martes desde su cuenta de Twitter sin ofrecer detalles al respecto.
Aunque en un principio los republicanos habían optado por el silencio, poco a poco los líderes del partido han ido ofreciendo un apoyo matizado a las denuncias del mandatario.
"El presidente está 100 % en su derecho de investigar las acusaciones de irregularidades y sopesar sus acciones legales", aseguró Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado anoche durante una intervención en el Senado.
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McConnell se abstuvo de reconocer las proyecciones de los medios que otorgan la victoria a Joe Biden en los comicios del pasado 3 de noviembre.
La actual situación supone un marcado contraste con lo ocurrido hace cuatro años, cuando Trump se impuso a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Apenas unos días después de conocerse el resultado en 2016, Trump era recibido en la Casa Blanca por el entonces presidente saliente Barack Obama (2009-2017), y arrancaba así el proceso de transmisión del poder.
Una escena que parece impensable ahora.
La agencia gubernamental encargada de iniciar el proceso de transición es la Administración de Servicios Generales (GSA, en inglés), una vez que determina que hay un ganador "aparentemente exitoso" en las elecciones.
Algo que, por el momento, su directora, Emily Murphy, nombrada por Trump, no ha hecho.
Si bien Biden consideró oportuno dar unos días a la Administración Trump para que asimilase la derrota, poco a poco la campaña del presidente electo ve crecer su inquietud ante la postura beligerante del mandatario.
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"Creemos que ya ha llegado el momento de que la directora de la GSA certifique con rapidez a Joe Biden y Kamala Harris como presidente y vicepresidenta electa", indicó un asesor de Biden en una llamada telefónica anoche.
Esta certificación es necesaria para que la mecánica de la transición comience a operar, al otorgar acceso a miembros del equipo del presidente electo a información gubernamental y que puedan establecer contacto con los funcionarios de las agencias federales.
Biden considera especialmente necesario este paso ante la gravedad de la crisis del coronavirus, que ha dejado en Estados Unidos más de 237 mil muertos.
Con información de EFE
lsm