Brooklyn, Nueva York.— Brooklyn se convirtió ayer en una zona de guerra, con una operación masiva que se lanzó tras un tiroteo en el Metro que se saldó, de acuerdo con el reporte de la noche de ayer, con 23 heridos, 10 de ellos por bala.
La policía pidió la colaboración ciudadana para localizar al sospechoso e identificó a un afroestadounidense, Frank James, de 62 años, como “persona de interés”, al ser quien rentó una furgoneta de la compañía U-Haul cuyas llaves se encontraron en la escena del crimen.
Según explicó en una rueda de prensa el jefe de la unidad de detectives de la Policía de Nueva York, James Essig, a las 08:24 hora local, el autor del ataque sacó de su mochila una máscara antigás y lanzó dos bombas de humo en el segundo vagón del tren de la línea N cuando éste se aproximaba a la estación de la calle 36, tras lo que efectuó al menos 33 disparos con un arma Glock de 9 mm, que hirieron a 10 personas.
Se recuperaron en la escena del crimen un arma Glock 17 de 9 mm con tres cargadores, otras dos bombas de humo sin detonar y gasolina, entre otros objetos. El arma estaba atascada y eso, al parecer, evitó una tragedia mayor. Se pidió la colaboración del público para encontrar a James, y se ofrecen 50 mil dólares de recompensa por cualquier dato que pueda llevar a su localización.
¿Problemas mentales?
En un canal de YouTube, James dijo en un mensaje grabado que había pasado por el sistema de salud mental de la ciudad y había experimentado un tipo de violencia emocional que haría que alguien “fuera por una pistola y disparara a los hijos de puta”.
James grabó y subió decenas de largas diatribas sobre raza, política y violencia con armas en ese canal, en el que tiene más de 300 suscriptores. Su último video fue publicado el lunes. En las cintas, James parece expresar su desprecio por los negros, a pesar de ser afroestadounidense, llamándolos “ganado”, usando insultos racistas y describiéndose como el “profeta de la fatalidad”. “[Las palabras N] deberían ser borradas del planeta, aunque yo lo sea”, dice en una de las grabaciones.
“Y me decidí, me dije a mí mismo, ya sabes, puede que algún día tenga que herir a alguien”, dice en uno de los videos, con declaraciones incoherentes, revisados por The Daily Beast. “No hay manera de que haga lo que la sociedad me pide que haga, que es tratar de ser, de trabajar duro para jugar limpio... ir a trabajar, pagar mis impuestos, hacer todo lo que me piden que haga si luego me van a golpear en la cara”.
En un momento, incluso parece que James se refiere específicamente al alcalde de Nueva York, Eric Adams, advirtiéndole que su “plan para acabar con la violencia armada está condenado al fracaso”.
De los heridos de bala, cinco se encuentran en estado grave, pero estable, y según el último reporte, sus vidas no corren peligro. Los otros 13 afectados tuvieron que ser atendidos por inhalación de humo o ataques de pánico, según las últimas cifras oficiales.
Sin información de víctimas mexicanas
Jorge Islas, cónsul de México en Nueva York, se presentó en el lugar de los hechos para verificar si entre las víctimas había mexicanos, dado que se trata de una zona con alta residencia de connacionales. “Tenemos presencia con el equipo de protección en cada uno de los hospitales en donde se encuentran los heridos, para el caso de que algún familiar requiera información o apoyo consular. No hay confirmación aún de que tengamos algún mexicano afectado”, tuiteó.
El canciller Marcelo Ebrard había señalado temprano que dos de las personas bajo atención médica “son hispanoparlantes y se encuentran fuera de peligro. En cuanto sea posible conoceremos su nacionalidad”.
Los testigos describieron a un hombre de piel oscura sentado en el segundo vagón del Metro que vestía un chaleco verde como de empleado de la construcción y una sudadera gris con capucha.
Fotos y videos de los pasajeros en las redes sociales mostraban sangre en el piso y personas tendidas en el suelo del tren y en la plataforma de la estación 36th Street. Fueron esas fotos las que ayudaron a la policía a identificar al probable agresor, dado que las cámaras del lugar no funcionaban. “Oí un disparo, y otro. Hubo muchos. Perdí la cuenta de cuántos”, dijo a The New York Post Claire, pasajera que viajaba en el vagón atacado y que sólo quiso identificarse con su nombre.