San José.— La historia de Chile parece caprichosa con septiembre y los chilenos… siguen en pugna con su pasado.
En ese mes de 1810, el martes 18 se proclamó la independencia de Chile de España. En el de 1948, el viernes 3 se proscribió el comunismo. En el de 1952, el jueves 4 se inició el voto femenino para la Presidencia. En 1970, el viernes 4 se registró la victoria presidencial del socialista Salvador Allende (1908-1973), pero sin mayoría absoluta y se debió esperar a que el Congreso Nacional le confiriera el triunfo definitivo en octubre de ese año y asumiera el 3 del mes siguiente.
En el de 1973, el martes 11 se produjo el derrocamiento de Allende en un golpe de Estado militar. En el de 1980, el jueves 11 se aprobó la actual Constitución Política.
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Y en el de 2022, hoy —domingo 4— los chilenos decidirán su futuro constitucional con un proceso en el que, con más fuerza para unos que para otros, merodeará la sombra del general Augusto Pinochet (1915-2006), líder del golpe contra Allende y del régimen militar derechista que gobernó de 1973 a 1990.
La caída de Allende dislocó el orden constitucional de Chile y las consecuencias todavía agitan las pugnas políticas chilenas. Allende se suicidó el 11 de septiembre de 1973 en el Palacio de la Moneda, sede de la Presidencia, en medio del ataque de las fuerzas militares chilenas: cuando Pinochet consumó la asonada, suspendió la Carta Magna vigente, que se promulgo en 1925, y gobernó con sus propias reglas.
El general ordenó redactar una nueva Constitución y el texto final, totalmente supervisado y aprobado por su dictadura, fue sometido el 11 de septiembre de 1980 a plebiscito y refrendado por los chilenos. La Constitución Política de Chile entró en vigencia transitoria 11 de marzo de 1981 y asumió validez total el 11 de marzo de 1990, con la salida del régimen militar tras 17 años y el paulatino retorno de una democracia… con el ropaje constitucional de la dictadura.
Para unos, Pinochet rescató a Chile del comunismo y del caos político y socioeconómico y que sus 198 meses condujeron a la nación sudamericana a entrar en 1990 a una etapa de libertad, progreso y democracia.
Para otros, Pinochet hundió a Chile en la represión indiscriminada —más de 3 mil desaparecidos políticos— y heredó una base institucional que preservó la injusticia social y el verticalismo del poder de las clases tradicionales. Perseguidos por esos y otros traumas, los chilenos llegarán a esta otra fecha de septiembre a un nuevo momento estelar de su historia. A diferencia de otros instantes trascendentales de casi 212 años de vida independiente, Chile optó por acudir hoy a una vía pacífica… aunque precedida de conmoción social.
Pasado y futuro
En un plebiscito con el voto obligatorio para menores de 60 años, el electorado chileno decidirá hoy en las urnas si cambia a futuro y entra a un escenario institucional repleto de ilusiones, desafíos, dudas y temores o conserva su pasado y prosigue en una arquitectura constitucional plagada de éxitos, remiendos, vacíos y rencores. Con 19.3 millones de habitantes, 15 millones 173 mil 929 chilenos podrán votar en la consulta popular y responder con “Apruebo” o “Rechazo” a la siguiente pregunta: “¿Aprueba usted el texto de Nueva Constitución propuesto por la Convención Constitucional?”.
Si gana el “Apruebo”, la nueva Constitución, redactada de julio de 2021 a julio de 2022, entrará a regir en los siguientes 15 días, pese a que varios de sus aspectos esenciales quedarán en vigor de manera progresiva porque hay normas transitorias previstas para poder aplicarse en los próximos meses y años.
Si triunfa el “Rechazo”, la Constitución Política de 1980 seguirá rigiendo a Chile. Sin descartar sorpresas, y de acuerdo con las cifras de diferentes encuestas, la alternativa del rechazo o del no parecería favorita para vencer en una contienda en la que, para ganar, se requerirá de mayoría simple.
En turbulencia
Chile quedó atrapado en 2019 y 2020 en su más honda y violenta crisis socioeconómica, política e institucional desde que en 1990 retornó a la democracia.
El camino que se escogerá hoy consolidará o sepultará el deseo de cambio que emergió el 18 de octubre de 2019 al estallar multitudinarias protestas callejeras antigubernamentales que detonaron un conflicto al oponerse a un plan del gobierno de encarecer el transporte público.
La tormenta social de 2019 obligó a la clase política tradicional chilena a aceptar iniciar una transformación de sus instituciones y a replantearse el debate de elaborar una nueva. En un plebiscito que se realizó el 25 de octubre de 2020, los chilenos mayoritariamente votaron “Apruebo”, para diseñar una nueva Constitución, y por hacerlo mediante una Convención Constituyente elegida por sufragio popular.
En dos votaciones efectuadas el 15 y el 16 de mayo de 2021, los chilenos eligieron a los 155 miembros (luego reducidos a 154) de la Convención, que en julio de este año entregaron el polémico texto final que será votado hoy… en otro septiembre histórico.