Nueva York.— El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió a la comunidad internacional “fortalecer sus mecanismos de presión” para lograr que Nicaragua “retome el camino de la democracia”.

“Duele profundamente ver la revolución sandinista terminar en un esquema dictatorial como al que ha llegado ahora,” dijo Almagro en una sesión extraordinaria virtual del organismo para hablar del país centroamericano.“En Nicaragua debemos seguir desempeñando un papel fuerte y contundente a la hora de exigir elecciones libres y transparentes. Debemos seguir trabajando para que los derechos políticos y civiles de la gente en Nicaragua sean apoyados por la acción de esta organización,” dijo el secretario. “Debemos promover y facilitar el diálogo político. Debemos promover y facilitar la negociación y el consenso”.

Nicaragua llevó a cabo elecciones presidenciales a principios de noviembre en las que el presidente Daniel Ortega fue reelegido por tercera vez consecutiva. Fueron criticadas internacionalmente por la falta de oposición real y el encarcelamiento de siete aspirantes a la presidencia.

La Asamblea General de la OEA aprobó hace dos semanas una resolución que declaraba que las presidenciales en Nicaragua “no fueron libres, justas o transparentes y carecen de legitimidad democrática”. La resolución pedía instruir al Consejo Permanente de la OEA a que analice la situación y entonces se tomen “acciones apropiadas”.

Hace una semana, sin embargo, Nicaragua anunció que se retiraba del organismo. Según el reglamento de la OEA, para que la salida de Nicaragua se haga efectiva tienen que pasar dos años.

Vía Twitter, el director de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, afirmó de cara a la reunión que “es hora que la OEA aplique la Carta Democrática y suspenda a Nicaragua”.

Mediante una carta enviada al presidente del consejo, Josué Fiallo, Vivanco solicitó a los Estados miembros de la OEA “aplicar urgentemente el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana, según el cual Nicaragua podría ser suspendida de la OEA con una mayoría de dos tercios de los votos”. Todo ello, debido a “la grave crisis de derechos humanos y el desmantelamiento del Estado de derecho que hemos documentado en ese país”, argumentó el directivo de HRW.

Aseguró que el gobierno de Ortega se ha consolidado como una típica dictadura y, por ende, no hay condiciones ni instrumentos institucionales independientes al poder que puedan poner un alto a los abusos del régimen. “En dichas circunstancias, se han cometido atrocidades con total impunidad y el régimen ha demostrado un flagrante desprecio por el Estado de derecho y los principios democráticos fundamentales”, agregó.

Entre los puntos citados por Vivanco que acreditan las violaciones a los derechos políticos y humanos por parte del gobierno sandinista están la concentración de poder, desde que Ortega asumió en 2007; la represión estudiantil en 2018; las reformas a la Constitución que, entre otras, prohíben la libertad de expresión o restringen la postulación a un cargo popular.

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