San José. – Al aproximarse la segunda y definitiva ronda de los comicios presidenciales colombianos del próximo domingo, muchas preguntas recorren estos días los centros de poder político en América, Europa y Asia sobre el futuro de , una de las cinco economías más importantes de América Latina y el Caribe, junto con Brasil, México, Chile y Argentina.

Con un nerviosismo en ascenso entre las fuerzas políticas tradicionales colombianas, que por primera vez en más de 211 años quedaron fuera del control desde que el país se independizó de España en 1810, la pelea se dirimirá entre el izquierdista Gustavo Petro y el centroderechista Rodolfo Hernández.

Exguerrillero, exrepresentante, exalcalde de Bogotá y exsenador, Petro, de 62 años, es economista, tiene estudios sin concluir en medio ambiente, desarrollo poblacional, administración pública y de empresas y es candidato por la coalición Pacto Histórico. Exalcalde Hernández de 77, es ingeniero civil, empresario constructor y político y es aspirante por la Liga de Gobernantes Anticorrupción.

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Reconocidos como populistas, ninguno de los dos obtuvo más del 50% de los votos en la primera ronda, que se efectuó el 29 de mayo anterior con otros cuatro aspirantes, por lo que el próximo domingo ganará el que reciba más sufragios entre los más de 39 millones de electores colombianos. El vencedor asumirá el próximo 7 de agosto un cuatrienio en reemplazo del actual presidente, Iván Duque.

Aunque ninguno forma parte del “establecimiento” o bloque derechista que por más de dos siglos mantuvo el ejercicio del poder, las tendencias apuntarían a que las fuerzas tradicionales serían más proclives a Hernández por su temor con Petro.

De triunfar, Petro sería el primer presidente izquierdista en la historia de Colombia. Convertidos en el blanco de una avalancha de cuestionamientos, ambos defendieron sus planes y rechazaron los ataques.

Temores

Varias preguntas rondan en el escenario si gana Petro. ¿Se irá Colombia a una izquierda radical o moderada? ¿Ahuyentará a los capitales colombianos y extranjeros y golpeará a la economía de una nación bisagra entre el centro y el norte de América con el sur?

Si gana Hernández, ¿tendrá suficiente preparación para conducir a un país sumido en agudos desafíos socioeconómicos y políticos? ¿Será Hernández la versión colombiana del presidente de Perú, Pedro Castillo? El gobernante peruano fue severamente cuestionado en Perú al acusársele de que mostró incapacidad en menos de 11 meses en el cargo.

“Lo que está en juego es el futuro de la institucionalidad democrática colombiana. Tenemos más de 200 años de vida republicana solo interrumpida por una dictadura muy corta”, de 1953 a 1957, recordó el politólogo y consultor político colombiano Leonardo García, fundador de Speak Consultoría de Reputación, firma no estatal de Bogotá.

“Por primera vez en su historia, Colombia rompe su modelo bipartidista de centroderecha, en una nueva fase de su historia democrática con dos figuras que no son del establecimiento político tradicional. Verificaremos la fortaleza y la estabilidad institucional colombiana y si pesos y contrapesos funcionan en el próximo gobierno”, dijo García a EL UNIVERSAL.

“La elección marcará un cambio profundo del sistema político con dos propuestas distintas a las tradicionales. Veremos en esas nuevas propuestas lo que pase con los poderes del Estado, las fuerzas armadas, la economía, el régimen político”, agregó.

Tras subrayar que “habrá gran cantidad de elementos de cambio que no sabemos si fortalecerán o debilitarán al sistema democrático de Colombia”, explicó que “esa es la gran incertidumbre que tiene la sociedad colombiana”.

Mientras el izquierdista ofreció una evolución profunda del sistema económico, para alejarlo del neoliberalismo que siempre siguió, y modificar factores como el modelo petrolero y las jubilaciones, el centroderechista “inexperto” prometió romper vínculos con la clase política tradicional, desprestigiada por la corrupción y el clientelismo.

“Hernández rompería con las bases del sistema político fundamental y tradicional de Colombia y nos veríamos en una incertidumbre. La propuesta de cambio de Hernández de romper con lo bueno y con lo malo, no es muy clara”, advirtió García.

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“Irresponsable”

Al admitir que “nos jugamos el futuro”, el abogado, socio—economista y analista político colombiano Rafael Nieto, viceministro del Interior y de Justicia de 2003 y 2004, en el primero de los dos gobiernos de Álvaro Uribe, presidente de Colombia de 2002 a 2010, cuestionó los planes de Petro.

“Su propuesta es un salto al vacío por sus antecedentes violentos (de exguerrillero) y porque lo que plantea en materia económica es claramente irresponsable”, aseguró Nieto a este diario.

Nieto fustigó las ideas de Petro de cerrar la explotación de las minas de carbono o que el Estado compre su producción y de suspender los contratos de exploración petrolera.

“Petróleo y carbón son fuente fundamental y sustantiva de los ingresos en las exportaciones de Colombia. Sin ese ingreso, se disparará el precio del dólar, disminuirá el ingreso estatal, se castigarán programas de ayuda social y aumentarán el desempleo y la pobreza”, pronosticó.

“Con Hernández hay muchas preguntas, pero con la certeza de que habrá elecciones en cuatro años. Sin duda. Tendrá una política económica de ahorro y de austeridad en el gasto. Si su lucha anticorrupción se traduce en acciones concretas, el país avanzará de manera sustantiva”, alegó.

“Como populista, Hernández es más agresivo que Petro: rechazó cualquier alianza o acuerdo con los partidos (tradicionales). De seguro tendrá problemas de gobernabilidad en el Congreso, donde tiene solo dos representantes. Deberá buscar algún mecanismo para sacar adelante sus propuestas”.

“Sin mayorías, Petro al menos tiene una fuerza política propia importante”, reconoció, en alusión a que Pacto Histórico cuenta con 20 de 108 senadores y 28 de 188 representantes.

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