Trípoli.— Los resultados preliminares de la investigación abierta sobre el colapso de las dos presas de Derna, al este de Libia, revelan la aparición de las primeras fisuras en 1999 y la falta de mantenimiento pese a las recomendaciones de una auditoría extranjera consultada en 2002, lo que podría haber limitado drásticamente el número de víctimas que superan ya las 11 mil 300.
Según esta pesquisa, iniciada el pasado jueves por orden del Consejo Presidencial —que funciona como Jefatura de Estado—, las dos represas construidas en la década de los setenta habrían sufrido sus primeras fisuras en 1999 y no fueron restauradas pese a las recomendaciones de una auditoría extranjera.
Una empresa turca encargada de los trabajos de mantenimiento y la construcción de una tercera presa para aliviar la carga inició los trabajos en 2010, pero abandonó el proyecto un año después tras el levantamiento popular respaldado por la OTAN que derrocó a Muammar Gaddafi, cuando el país se vio inmerso en una etapa de conflicto y guerra civil que continúa hasta hoy.
El fiscal general, Al Sidiq al Sour, adelantó que se evaluará el estado de las instalaciones y la partida presupuestaria destinada a los fondos de mantenimiento, pero sobre todo el papel de diferentes autoridades locales y los dos gobiernos precedentes. Lugareños se quejan de que no hubo advertencia sobre el peligro de colapso de los embalses por las lluvias.
Libia, con 7 millones de habitantes e importantes ingresos petroleros, padece una bicefalia ejecutiva desde 2014 entre el Gobierno de Unidad Nacional (GNU), radicado en Trípoli (oeste) y reconocido por la comunidad internacional, de Abdulhamid Dbeiba; y el de Bengasi, elegido por el Parlamento y bajo control del mariscal Jalifa Haftar —hombre fuerte del país— dirigido por Osama Hammad.