El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, culpó el miércoles a las “élites” de Perú de haber propiciado la caída del mandatario izquierdista Pedro Castillo . ¿Realmente fue así?
López Obrador lamentó que por “intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución”.
Aludió así a la decisión de Castillo de disolver el Parlamento horas antes de que ese órgano controlado por la derecha se reuniera para debatir su salida.
El Congreso ignoró la orden de disolución por ilegal y aprobó su destitución por “incapacidad moral” , un precepto que el presidente mexicano de izquierda tildó de “sui géneris”.
Más allá de la acusación por la que Castillo fue destituido, en un tercer intento, no fueron las élites las que destituyeron al mandatario.
De hecho, antes del anuncio de Castillo, sondeos marcaban que la salida del izquierdista tenía un rechazo del 70% y todo apuntaba a que el Congreso fallaría otra vez en destituirlo.
En cambio, su mensaje desató una ola de ira entre su propio partido, Perú Libre, y al final la destitución fue aprobada por 101 votos de un total de 130 congresistas.
Su propia vicepresidenta, Dina Boluarte , quien llegó con él al poder, se desmarcó y declaró la disolución ordenada por Castillo como un “intento de golpe de Estado”.
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El ahora exmandatario llegó al poder el 28 de julio de 2021, pero apenas superó por 44 mil votos a su rival en las elecciones presidenciales, la derechista Keiko Fujimori. “Si había algo que no tenía Castillo eran apoyos”, recordó Flavia Freidenberg, politóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina . “No tiene partido político, no tiene apoyos estratégicos y evidentemente no tenía apoyo de las Fuerzas Armadas”, acotó.
López Obrador ha sido uno de los más firmes defensores de Castillo, señalando que era víctima de una intentona golpista. “El presidente Castillo ganó elecciones democráticas, pero no lo dejan. Lleva poco tiempo y lo han estado hostigando”, afirmó recientemente.
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El canciller Marcelo Ebrard aseguró a una radioemisora que México no ha recibido una solicitud en tal sentido del destituido gobernante ni de su familia, pero que si Castillo solicitara el asilo, se le otorgaría.
El Congreso se quejó con el embajador de México en Perú, Pablo Monroy Conesa, por lo que considera “injerencia” mexicana en los asuntos peruanos.
México ha dado asilo a perseguidos políticos de todo el mundo, desde el revolucionario ruso León Trotski, hasta izquierdistas sudamericanos como la viuda del chileno Salvador Allende y republicanos españoles, como el cineasta Luis Buñuel.
Evo Morales fue recibido en México el 12 de noviembre de 2019, luego de renunciar a la presidencia de Bolivia en medio de una crisis política.
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Con información de AFP
agv