Las primeras vacunas contra el Covid-19 deberían suministrarse al personal sanitario, así como los adultos mayores que se encuentran en residencias de ancianos, recomendó esta tarde un panel de asesores del gobierno estadounidense.
Un estimado de 21 empleados dedicados a la atención médica, así como unos 3 millones de residentes y personal de los hogares para ancianos, además de personas de otras instalaciones dedicadas a la atención a largo plazo de enfermos, son quienes deberían recibir primero la vacuna, señaló el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización, que recordó que en un primer momento, el abastecimiento de la vacuna será más bien escaso.
El comité indicó que el personal dedicado a la atención médica es prioritario por su exposición al virus y su papel clave para mantener funcionando las clínicas y hospitales de Estados Unidos.
En cuanto a quienes viven o trabajan en residencias para adultos mayores, el comité señaló que este sector representa 40% de las muertes por Covid-19, indicó el diario The Washington Post.
Las recomendaciones sobre cuáles deben ser los grupos prioritarios, en la llamada fase 1 a, se enviarán al director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), Robert Redfield.
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En las próximas semanas, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) considerará autorizar el uso de emergencia de dos vacunas, una producida por Pfizer y la otra por Moderna. Estimados actuales proyectan que no habrá más de 20 millones de dosis disponibles de cada vacuna para finales de 2020. Y son necesarias dos aplicaciones para cada producto.
Como resultado, las vacunas serán racionadas en las primeras etapas.
El panel asesor se volverá a reunir para decidir quién seguirá. Entre las posibilidades están: profesores, policías, bomberos y trabajadores de otros sectores esenciales como de producción alimentaria y transporte, así como los ancianos y la gente con enfermedades preexistentes.
Con información de AP
lsm