Philadelphia, Pennsylvania.— Con el peso de una nación sobre sus hombros, este martes acudieron a votar los ciudadanos que habitan en la cuna de la democracia estadounidense.
En Philadelphia, como en el estado, respondieron al llamado haciendo largas colas que podrían marcar un récord de participación. Para esta edición se registraron 9 millones de votantes potenciales para decidir quién se llevará los 19 votos electorales de la entidad, considerados clave para sumar los 270 delegados requeridos para ganar la presidencia estadounidense.
En 2020, la participación fue de menos de 7 millones y el triunfo lo obtuvo el presidente Joe Biden frente a Donald Trump, por casi 80 mil votos.
La entidad está fragmentada entre una población rural y rezagada en educación, y una urbana y educada.
A pesar de años de preparativos, la Junta Ejecutiva fue incapaz de ofrecer claridad sobre el posible ganador por la noche. La jornada inició a las 7:00 de la mañana y se extendió hasta las 8:00 de la noche. No fue una jornada festiva, a pesar de que empresarios y músicos se esforzaron en la ciudad más poblada en tratar de bajar los decibelios de tensión.
También hubo premio a los votantes. Algunos negocios ofrecieron helados, galletas, cerveza y descuentos con sólo mostrar la estampa de “Sí, voté”.
“La gente está muy tensa, necesitamos otro tipo de vibra porque no podemos seguir así”, dijo el DJ Christopher Quigley, quien le metió ritmó al sufragio de la población en la casilla de la escuela primaria George W. Childs.
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Entre las recompensas por la participación cívica, la firma Ikea regaló helado de yogurt y Uber Eats ofreció descuentos de hasta 10 dólares por viajes a las casillas durante la jornada.
Pese a todo, el estrés entre los electores prevaleció, se sintió en todos lados, desde las casillas adaptadas en los Centros Recreativos Hawthorne y Starr Garden, hasta las que operaron en la casa de retiro Senior Center y la iglesia católica Saint Maron Maronite.
Puertorriqueños, mexicanos, asiáticos, haitianos, mujeres, miembros de la comunidad LGBT y swifties, fans de Taylor Swift, dicen no poder aguantar cuatro años más de insultos.
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La misma ansiedad se percibió en quienes justifican las groserías de Donald Trump.
“Trump dirá que ganó, no importa el resultado, por lo que tendremos un escenario en el que distintas fuerzas competirán. Tenemos un gobernador demócrata que fue fiscal general y conoce de leyes, pero también contamos con un Congreso mixto, Cámara de Representantes republicana, Senado demócrata, y muchos legis- ladores estatales muy escandalosos y que desde antes de la elección han venido manifestando su inconformidad”, sostuvo Alison Dagnes, titular del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Shippensburg.