San José.— El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, lanzó ayer en la capital guatemalteca una contundente advertencia a los mandatarios de Guatemala, Honduras y El Salvador a nombre del presidente Donald Trump sobre los masivos flujos de migrantes irregulares de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños a suelo estadounidense: “Este éxodo tiene que terminar”.

El fenómeno “es una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos y como nosotros respetamos su soberanía, sus fronteras, insistimos en que ustedes respeten la nuestra”, alertó Pence al finalizar, por la tarde, una reunión con los presidentes Jimmy Morales, de Guatemala; Juan Orlando Hernández, de Honduras; y Salvador Sánchez, de El Salvador.

Pence subrayó a los mandatarios presentes que “la mayoría de los que entran a mi nación en forma ilegal proviene de sus países”.

Acompañado de la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, en una gira que esta semana los llevó a Brasil y Ecuador, Pence dijo que más de 150 mil guatemaltecos, hondureños y salvadoreños ingresaron irregularmente a EU desde enero.

Al insistir en que es un “viaje tan riesgoso de forma ilegal”, aclaró que aunque numerosos migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador pidieron asilo en Estados Unidos al alegar que en sus naciones sufren de persecución y violencia, recalcó que la mayoría migró por razones socioeconómicas.

“Queremos que sus naciones prosperen, pero no vengan a Estados Unidos ilegalmente, no pongan en riesgo sus vidas”, reafirmó en un mensaje a los habitantes de esos países que forman el Triángulo Norte de Centroamérica y son el germen del masivo flujo irregular.

La cita en Guatemala se realizó en medio de la crisis en la frontera entre Estados Unidos y México por la política de “Tolerancia Cero” que Trump ordenó en abril y que separó a miles de niños, niñas y adolescentes migrantes irregulares centroamericanos de sus parientes adultos también indocumentados.

Pese a que el mandatario estadounidense derogó esa política el pasado 20 de junio y mantuvo las restricciones, la práctica ha generado tensión entre Washington y esos tres países centroamericanos.

En tanto, la primera dama de EU, Melania Trump, visitó ayer en Tucson y Phoenix, Arizona, centros donde están internados algunos de los niños migrantes indocumentados que fueron separados de sus padres. Se trata del segundo viaje de este tipo que realiza en una semana.

“Ella continuará dando su opinión sobre lo que piensa respecto a la reunificación de las familias”, dijo su vocera, Stephanie Grisham.

***Con información de agencias

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