Washington.— El planeta superó los 300 mil decesos por el , en medio de tensiones en la carrera para lograr una vacuna y los renovados ataques ayer del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra China.

Todos los países sueñan con una vacuna que ponga fin a la pandemia. El gigante farmacéutico francés Sanofi suscitó indignación al anunciar que si hallaba la vacuna la distribuiría primero en Estados Unidos, cuyo gobierno se adelantó y se asoció a las investigaciones, costosas y llenas de riesgos. De inmediato, el presidente francés Emmanuel Macron levantó la voz. “Los esfuerzos realizados en los últimos meses muestran la necesidad de que esta vacuna sea un bien público mundial, ajena a las leyes del mercado”, protestó. “El virus es un virus mundial”, lo secundó la Comisión Europea (CE).

“El objetivo es que esta vacuna esté disponible a la vez en Estados Unidos, en Francia y en Europa de la misma manera”, declaró el director de Sanofi en Francia, Olivier Bogillot, pero, en la práctica, sólo será posible “si los europeos trabajan igual de rápido que los estadounidenses”.

Ya en marzo el ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, aseguró que “Alemania no está en venta”, en respuesta al supuesto plan del presidente Trump para pagar millones de dólares a la farmacéutica CureVac a cambio de los derechos exclusivos por una eventual vacuna contra el coronavirus.

Actualmente existen más de 100 proyectos y se están llevando a cabo una decena de ensayos clínicos.

Pero la llegada de una vacuna en el plazo de un año es una previsión “optimista”, estimó la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).

“El invierno más oscuro”

De hecho, el doctor Rick Bright, destituido el mes pasado como máximo responsable del organismo encargado del desarrollo de un remedio inmunológico frente al coronavirus en Estados Unidos, advirtió que el país sufrirá escasez de vacunas porque no hay un plan para generarlas. “No hay ninguna compañía que pueda producir suficientes dosis para nuestro país o para el mundo. Habrá un número limitado. Necesitamos crear una estrategia ahora mismo para asegurarnos no sólo de que la vacuna puede salir adelante, sino también de que se puede producir y distribuir de una manera justa”. Y advirtió: “Sin un plan claro para la planificación e implementación de los pasos que hemos definido otros expertos y yo, 2020 será el invierno más oscuro de la historia”.

Al mismo tiempo, Trump generó un nuevo foco de tensión al decir que no descarta “romper toda relación” con China, a la que acusa de haber ocultado detalles clave del brote del Covid-19 en diciembre, que podrían a su juicio haber evitado la muerte de centenares de miles de personas. “Ahora mismo no quiero hablar con él”, declaró Trump en alusión al presidente Xi Jinping.

“Podríamos cortar toda relación” con Beijing, añadió. “Si lo hiciéramos, ¿qué podría pasar? Ahorraríamos 500 mil millones si cortamos toda la relación”.




Según Washington, el sector sanitario, pero también el farmacéutico y el científico, son “objetivos” de Beijing que utiliza piratas informáticos, estudiantes o investigadores para hacerse con sus datos sobre la vacuna, los tratamientos o los nuevos test de diagnóstico. China calificó la acusación de “calumnias”.

Por lo pronto, la ola de despedidos sigue golpeando a la economía estadounidense. Esta semana las solicitudes de desempleo fueron 2.98 millones, para un total de casi 37 millones en dos meses.

En Minnesota, trabajadores y residentes de la ciudad de Cold Spring protestaron frente a una planta empacadora de carne y exigieron que se cierre temporalmente por limpieza y desinfección para proteger a las mil 100 personas que trabajan ahí, informó la cadena NBC.

Demandaron pruebas de coronavirus para los trabajadores, una solicitud que se produjo después de que la cifra de contagios subiera de 83, el 8 de mayo, a 194 el día 11.

Además, NBC reportó que un virólogo y epidemiólogo, de 42 años, quien fue hospitalizado con coronavirus pese a tomar todas las precauciones para no enfermarse , dijo que cree que contrajo el virus a través de sus ojos, durante un vuelo.

“Tenía puesto un cubrebocas, tenía guantes puestos, hice mi rutina normal (...) pero obviamente, el virus puede pasar a través de los ojos”, dijo el doctor Jospeh Fair. “Prestamos atención a la nariz y a la boca porque esa es la ruta más común [del contagio] (...) Pero las gotas que caen sobre tus ojos son igual de infecciosas”.

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