El Paso, Texas.— Con un semblante inexpresivo, más delgado, vestido con saco, corbata gris, con grilletes y un corte de cabello reciente, se presentó Patrick Crusius ayer ante la Corte Federal.
El presunto responsable de la masacre ocurrida en el Walmart de esta ciudad el 3 de agosto pasado, que dejó como saldo 22 muertos, incluidos ocho mexicanos, y 20 lesionados, se declaró no culpable por escrito.
La audiencia se realizó en paralelo al proceso del orden federal y ocurrió en la Corte Federal 712 en el Centro de El Paso, Texas, donde se reunieron representantes de prensa, abogadas y apenas una decena de ciudadanos, algunos de ellos familiares o amigos de los sobrevivientes y víctimas.
Crusius permaneció callado, se limitó a asentir con la cabeza y solamente se dirigió a sus abogados David Lane y Rebecca Hudsmith. El primero fungió como portavoz del acusado ante el juez magistrado, Miguel Torres.
Su defensa renunció a la lectura de su imputación federal de 90 cargos en la que fue acusado de crímenes de odio por el ataque contra latinos en la ciudad fronteriza de El Paso. También ha sido imputado por homicidio punible con pena capital, según las leyes de Texas. Lane pidió a un juez federal prescindir de la audiencia de fianza para Crusius, de 21 años, quien permanece bajo estricta vigilancia en la cárcel del condado El Paso.
En los documentos que Lane presentó a la corte después, Crusius se declaró no culpable. Aunque renunció a la lectura de la imputación, el juez Torres hizo un resumen, al mencionar que se trata de 90 cargos federales. Después, el juez solicitó al imputado confirmar que entendía los cargos y este se limitó a asentir con la cabeza y a dirigirse a su abogado, quien respondió de forma afirmativa. Además de los 90 cargos del orden federal, Crusius enfrenta a las leyes del estado de Texas por el delito de homicidio. Por este hecho, la Fiscalía del Condado de Texas busca que se le castigue con la pena capital, en tanto que la fiscalía federal no ha difundido qué tipo de pena busca para el imputado.
Una vez que el juez informó sobe la próxima audiencia de Patrick, que deberá realizarse en un lapso no mayor de 30 días, la defensa alegó preparativos adicionales para la misma y solicitó una prórroga. Luego de la masacre, las autoridades determinaron que la acción del procesado obedecía al racismo y odio contra los latinos, por lo que buscaba sembrar miedo en esta comunidad y propiciar su salida de EU. Crusius sonfesó a la policía cuando fue detenido que su objetivo era matar “mexicanos”.