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Berlín.— El partido conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, debilitado por la crisis sanitaria y un escándalo financiero, sufrió ayer una dura derrota en dos elecciones regionales, seis meses antes de las legislativas.
La Unión Cristiana Demócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel registró “un desastre” electoral, según el semanario Die Zeit; una “debacle” que muestra que “esto no puede continuar así”, advirtió por su parte Der Spiegel.
En las regiones de Baden-Wurtemberg y Renania-Palatinado, el bando conservador obtuvo los peores resultados de su historia, según las proyecciones a pie de urna de anoche de las cadenas ARD y ZDF.
En Baden-Wurtemberg, la CDU recabó 24.1% de los votos, contra 27% obtenido hace cinco años, mientras que en Renania-Palatinado convenció al 27.7% de los votantes, contra 31.8% de 2016. Aunque los conservadores no partieran como favoritos en esos dos estados regionales, dirigidos respectivamente por los Verdes y los Socialdemócratas, registraron un retroceso notable a medio año de las elecciones legislativas del 26 de septiembre.
Las revelaciones en cascada sobre el llamado “caso de las mascarillas” y las críticas crecientes a la gestión de la crisis sanitaria debilitaron a los conservadores. La CDU atraviesa “su crisis más grave” desde el escándalo de las cajas negras que precipitó la caída de Helmut Kohl a fines de los años 90, estiman muchos politólogos.
En esta ocasión, se sospecha que dos diputados habrían recibido comisiones por la compra de cubrebocas al principio de la pandemia del coronavirus, empañando la imagen de la mayoría.
Según el semanario Der Spiegel, uno de ellos, Nikolas Löbel, cobró 250 mil euros tras mediar en un pedido de mascarillas.
Además, la ciudadanía está entre agotada tras cuatro meses de cierre casi total de la vida pública y decepcionada por la lentitud o desorganización de la campaña de vacunación.
La polémica cae en el peor momento para los conservadores, que deben designar próximamente a su candidato para la cancillería. Armin Laschet, nuevo líder de la CDU, aspira a suceder a Merkel, aunque el presidente de Baviera, Markus Söder, podría tener la misma ambición.
Anoche, el secretario general de la CDU, Paul Ziemiak, afirmó que el partido tendrá “tolerancia cero” con “cualquiera que intente enriquecerse durante la crisis”. Según Ziemiak, el escándalo de las mascarillas “impactó fuertemente” en el resultado de los comicios regionales.
Cerca de 11 millones de electores estaban llamados a renovar su Parlamento regional.
En Baden-Wurtemberg, una región próspera y corazón de la industria automovilística, la victoria anunciada de los Verdes debía ofrecer un tercer mandato a Winfried Kretschmann, de 72 años, el único ecologista que gobierna en una región alemana.
Los Verdes, que obtienen 32.6%, tendrán buen margen para negociar una nueva alianza, con la CDU o con los socialdemócratas, o incluso con los liberales en un tripartito.
En la región Renania-Palatinado, vecina de Francia, Bélgica y Luxemburgo, tras haber acariciado la idea de poner fin a tres décadas de dominación socialdemócrata, la CDU quedó muy por detrás de la dirigente saliente, Malu Dreyer, líder del Partido Socialdemócrata (SPD) regional, con 35.7% de los votos. La extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD) fue el partido que más votos perdió respecto a los anteriores comicios.