Atenas.- El partido de derecha del primer ministro saliente Kyriakos Mitsotakis se impone en las elecciones en Grecia este domingo según los sondeos a boca de urna, aunque este resultado podría significar problemas para formar un gobierno estable.
La Nueva Democracia (ND), en el poder desde hace cuatro años, obtendría entre 36% y 40% de los votos, delante del partido de izquierda Syriza del exjefe de gobierno Alexis Tsipras, que conseguiría entre 25% y 29% de los sufragios, según esos sondeos publicados por los canales de televisión al cierre de los centros de votación.
Por detrás de esas dos fuerzas se situarían los socialistas del partido Pasok-Kinal, con entre el 9,5% y el 12,5% de los votos.
Los primeros resultados parciales deberían llegar a última hora de la tarde, pero si los resultados se confirman, ND no podrá gobernar en solitario, objetivo manifestado por Mitsotakis.
Por su parte, Alexis Tsipras, de 48 años, apeló al dirigente socialista Nikos Androulakis con vistas a una posible alianza en caso de resultados favorables, pero este formuló una serie de exigencias.
En caso de imposibilidad de formar gobierno, tal como predicen muchos analistas, se convocarán nuevos comicios a fines de junio o principios de julio.
El vencedor de esa segunda cita electoral gozaría de un bonus de escaños susceptible de darle una cómoda mayoría.
Durante su campaña electoral, Mitsotakis no dejó de defender su balance económico, aludiendo a la caída del desempleo, a un crecimiento de casi el 6% el año pasado y a la disparada de la actividad turística.
Este domingo, poco después de votar en Atenas, Mitsotakis dijo que quiere hacer de Grecia "un país más fuerte con un rol importante en Europa".
"Hoy votamos por nuestro futuro, para tener más y mejores trabajos, y un sistema de salud más eficiente", enfatizó.
Tsipras, líder del partido Syriza, que en 2015 encarnó la esperanza de la izquierda radical europea, urgió al país a "pasar la página de cuatro años difíciles" y posibilitar "un gobierno justo".
En Egaleo, en la periferia de Atenas, María Tombabaki, una pensionista de 67 años, dijo que deseaba "un cambio", pero no que no se sentía "muy optimista".
Stelios Lappas, un ganadero de 45 años de Karditsa, en el centro del país, lamentó la falta de "pasión y tensión" durante la campaña electoral, que fue de bajo perfil en comparación con citas anteriores.
La pérdida de poder adquisitivo a causa de la inflación y los bajos salarios sigue siendo un quebradero de cabeza para muchas familias, después de una década de crisis y rescates financieros internacionales que se tradujeron en recortes en los servicios públicos y en una importante caída de renta para los griegos.
La deuda pública del país sigue siendo de más del 170% de su PIB.
La inflación rozó el año pasado el 10%, agravando aún más las dificultades de la población.
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"Vamos de mal en peor. Trabajamos apenas para sobrevivir", apuntó Yorgos Antonopoulos, de 39 años y empleado en una tienda de Tesalónica.
A finales de febrero, la catástrofe ferroviaria que costó la vida a 57 personas, entre ellas numerosos estudiantes, suscitó manifestaciones masivas contra el gobierno conservador, acusado de negligencia en materia de seguridad.
Mitsotakis, hijo de un antiguo primer ministro y tío del actual alcalde de Atenas, se vio también salpicado de lleno por un escándalo de escuchas ilegales a responsables políticos y periodistas.
En marzo, el Parlamento Europeo denunció la existencia de "amenazas serias al Estado derecho y a los derechos fundamentales" en Grecia.
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