Bruselas.— El Parlamento británico celebra hoy una serie de votaciones orientadas a buscar un nuevo consenso en torno al Brexit.

Si bien ningún resultado tendrá carácter vinculante, el proceso constitucional será altamente significativo y podría forzar la implementación de un plan B para salir del impasse en el que están los británicos.

La primera ministra, Theresa May, quien se mantiene fiel a su plan, se muestra escéptica de un proceso en el que no hay garantías de que alguna de las alternativas obtenga la mayoría. Tampoco se ha comprometido a acreditar el resultado, aunque difícilmente podría ignorar las instrucciones de la mayoría de los Comunes. “Los votos podrían llevar a un resultado que no es negociable con la Unión Europea [UE]”, advierte la premier.

Una serie de opciones se barajaban en la antesala, entre otras, una salida sin acuerdo, cancelar el Brexit, convocar un nuevo referéndum o seguir el modelo noruego permaneciendo en el Espacio Económico Europeo.

El resultado de la sesión es impredecible ante la falta de control al interior del Partido Conservador de May.

El lunes pasado, 30 legisladores conservadores desafiaron la autoridad de su líder apoyando la iniciativa de celebrar votaciones indicativas, lo que dio parcialmente el control del proceso del Brexit a la Cámara de los Comunes. Tres integrantes del gobierno prefirieron renunciar a cerrar filas con su premier, incluido el titular del Ministerio de Asuntos Exteriores para Medio Oriente, Alistair Burt, quien está convencido de que llegó el momento de actuar sobre la base de que el acuerdo logrado entre May y la UE no tiene el apoyo del Parlamento. El líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, confía en que el Parlamento presente hoy una solución alternativa.

Las alarmas sobre los impactos de un Brexit duro toman fuerza. La Fundación Bertelsmann y la Universidad de Sussex presentaron nuevas cifras sobre las secuelas que dejará. De acuerdo con el estudio, en caso de un divorcio sin acuerdo, la UE, en su conjunto, registrará pérdidas por 40 mil millones de euros al año, mientras que Reino Unido por 57 mil millones de euros, lo que equivale a 900 euros per cápita. Al interior del bloque, el mayor impacto se sentiría en Alemania, con 10 mil millones de euros, seguida por Francia e Italia. Irlanda y Holanda también padecerían efectos severos, con 3.5 mil millones y 3 mil millones de euros, respectivamente.

Los ganadores de la crisis provocada por el Brexit serían EU y China, quienes verían aumentar sus ingresos en 13.2 mil millones y 5.3 mil millones de euros anuales.

Dominic Ponattu, de la Fundación Bertelsmann y autor del estudio, afirma que el Brexit afectará las cadenas de valor europeas, encarecerá el comercio dentro de Europa y provocará que la actividad con el resto del mundo sea más atractiva.

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