Jack y Harriet Morrison
tuvieron su primera cita en Halloween de 1955. "Fueron a un pequeño restaurante y nunca se separaron desde ese día", relató Sue Wagener, una sobrina criada por los Morrison .
El sábado, sus camas fueron colocadas juntas la una de la otra en el hogar de ancianos donde vivían. La pareja de Oakville se tomó de las manos, como lo habían hecho durante casi 65 años y murieron juntos. Jack, de 86 años, murió primero y Harriet, de 83, murió unas horas después.
Este idilio de amor se inició en 1955 en un autobús de servicio privado de Oakville, en el condado de San Luis, Missouri.
Harriet iba con su padre, quien era músico y recorría el país con su banda típica de la época.
Era un día como cualquier otro de 1955 cuando la chica, de 18 años en ese entonces, vio al hombre con quien estaría por el resto de su vida. Él iba sentado detrás del conductor del autobús, su nombre era Jack J. Morrison Jr., pero todo el mundo lo llamaba Jack. Él ayudaba al chófer a bajar los instrumentos de los músicos que transportaba. En esa ocasión le había tocado a la banda del padre de Harriet ir en el bus de la compañía del padre de Jack.
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Tras esos breves momentos juntos, Jack invitó a salir a Harriet y ella aceptó. La cita estaba programada para el 31 de octubre, en plena celebración de Halloween.
La pareja se casó el 5 de mayo de 1956, unos seis meses después de su primera cita. Juntos trabajaron con las líneas de autobús V-K mientras criaban a sus dos hijos y a su sobrina Sue Wagener, quien compartió la historia a través de sus redes sociales.
Según cuenta, Jack todos los días de su vida se levantó primero que Harriet para hacerle el desayuno. Además, siempre que podía, mientras ella hacía el almuerzo o la cena, él se sentaba a mirarla cocinar.
Del mismo modo, cuando ella iba a la peluquería o a comprar ropa, él siempre la acompañaba, se sentaba y la veía todo el tiempo que fuese necesario.
“Nunca se fueron a la cama peleados y siempre dormían agarrados de la mano ”, relató Wagener.
Hace aproximadamente un año, Harriet tropezó mientras caminaba con su perro. Se rompió la cadera y nunca se pudo recuperar. Además, sufría de demencia senil, por lo que se mudó a ‘The Woodlands of Arnold’, un hogar de ancianos y centro de rehabilitación.
Mientras tanto, Jack estaba teniendo problemas para vivir solo. Necesitaba una casa más pequeña, sin escaleras. Wagener dijo que le habló para mudarse a una villa en los bosques en mayo del 2019 y él accedió. “Le encantó vivir allí”, dijo ella.
Sin embargo, en septiembre pasado, Jack también sufrió una caída y -tal como su esposa- se fracturó la cadera, por lo que el hombre -de 2.02 metros de altura- necesitaba una silla de ruedas para moverse.
Debido a su situación, Jack decidió mudarse al hogar de ancianos donde estaba su esposa, y hasta logró quedar en el mismo pasillo que ella a solo cuatro puertas de su habitación.
Incluso entonces, durmieron juntos, Jack en su silla de ruedas y Harriet en su cama, pero siempre con sus manos entrelazadas. "Algunos días ella lo conocía, otros días no podía recordarlo" dijo Wagener.
Wagener dijo que nunca mintió a ninguno de los dos sobre su situación, y que le dijo a Jack en la celebración de Nochebuena que Harriet había dejado de comer y beber. Así que él apenas comió o bebió después de esa noticia.
El pasado 10 de enero, alrededor de las 23:00 horas, Wagener recibió una llamada de una de las enfermeras del centro de rehabilitación, quien le dijo que Harriet estaba cerca de la muerte.
El brillo se había ido de sus vivos ojos azules y la sobrina de la pareja pidió a las enfermeras si podían mover los muebles de la habitación de Jack para que pudiera estar junto a Harriet, porque nada les encantaría más a ellos que estar juntos.
Sin embargo, aunque el diagnóstico de Harriet era poco alentador, fue Jack quien murió primero, a las 3:34 a. m. del sábado 11 de enero, junto a su esposa y agarrados de la mano. Wagener dijo que Harriet no era capaz de hablar, pero lloró en silencio la muerte del amor de su vida.
Unas horas después, mientras los familiares iban llegando al lugar, Harriet –quien nunca soltó la mano de Jack- murió también.
Ese fue el final de un amor inquebrantable, el cual solo tuvo final con la inevitable muerte. “Estoy triste, pero sé que están en paz y vuelven a estar juntos. Realmente fue una historia de amor para los libros”, reveló la sobrina de los Morrison .
lsm