El huracán " María " golpeó este tranquilo lugar de Puerto rico y lo cubrió con barro, pero no pudo separar a Sandra Harasimowicz de sus amadas mascotas .
Ella y su marido Gary Rosario dijeron que se aferraron al techo de una casa durante horas la semana pasada para salvar a sus siete perros de un huracán que redujo su pintoresco barrio en Puerto Rico a un desolado pozo de barro.
Harasimowicz, de 43 años, originaria de Polonia , contó que con su pareja ya estaban con el agua hasta el cuello cuando el huracán María azotó el miércoles pasado su hogar en el pueblo de Yauco , en el suroeste de la isla. Para mantenerse a salvo, la pareja y los perros lograron huir hasta el techo de la casa de un vecino.
La tormenta, que dejó al menos 10 muertos en el territorio estadounidense, convirtió esa calle de Yauco en un depósito de escombros y barro después de que un río cercano también se desbordó. Las aguas entraron a la casa "como si fuera el fin del mundo", dijo el lunes Harasimowicz a Reuters.
Tratando de mantener cerca a los animales durante el huracán , aferrándose a los paneles solares del techo del vecino, Harasimowicz dijo que vio con horror cómo uno de los perros saltó cuatro veces hacia el torrente que inundaba la calle.
Pero cada vez Rosario, que es puertorriqueño y guardia nacional , saltó tras el perro para ponerlo a salvo.
"Pensé que iba a perderlo; él lo hizo porque es un amante de los animales", dijo Harasimowicz, cuya familia vive en el oeste de Polonia. "Yo dije 'estoy perdiendo a los animales y estoy perdiendo a mi esposo'".
Madre de dos hijos de 6 y 12 años, la mujer explicó que antes había escondido a sus ocho gatos en la parte más alta de los armarios de la cocina para resguardarlos durante la inundación.
Los niños habían sido enviados a casa de un amigo antes de la irrupción de María . Y después de fracasar en encontrar un refugio para los perros y gatos , Harasimowicz dijo que pensaron que debían quedarse ahí con los animales, en parte porque no creyeron que la tormenta sería tan intensa.
"Básicamente lo subestimamos", dijo la mujer sobre un huracán que derribó la energía y las telecomunicaciones en esta isla de 3.4 millones de habitantes, dejando un caos del que los residentes creen que les costará meses recuperarse.
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