El papa Francisco se negó a aceptar la dimisión del cardenal francés Philippe Barbarin como arzobispo de Lyon , después de que fue hallado culpable de encubrir a un sacerdote denunciado por pederastia, informó el Vaticano el martes.
Barbarin viajó el lunes al Vaticano para presentar al Francisco su dimisión después del veredicto del 7 de marzo y la condena de seis meses de prisión condicional que recibió por no denunciar al sacerdote Bernard Preynat ante la policía.
El portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti, precisó el martes que durante la audiencia del lunes, Francisco no sólo rechazó su renuncia sino que le pidió a Barbarin que hiciera lo que él creía que fuera mejor para la arquidiócesis de Lyon.
Barbarin
decidió entonces tomarse un tiempo libre y pedirle a su adjunto en Lyon, el padre Yves Baumgarten, que asuma el liderazgo provisional de la arquidiócesis, agregó Gisotti.
Gisotti dijo que el Vaticano sigue estando cerca de las víctimas de abusos sexuales y de los fieles franceses "que viven un momento particularmente doloroso".
Una corte francesa determinó que el cardenal Barbarin tenía la obligación de reportar al padre Bernard Preynat a las autoridades civiles cuando se enteró de los abusos que éste había cometido.
Preynat, quien el año entrante será enjuiciado por acusaciones de violencia sexual, confesó haber abusado de Boy Scouts en las décadas de 1970 y 1980. Las víctimas acusan a Barbarin y otras autoridades eclesiásticas de encubrir durante años a Preynat .
Barbarin ha apelado la condena, lo que podría haber influido en la decisión de Francisco de no aceptar inmediatamente su dimisión. El Papa ha sido reacio a tomar tales medidas para que no influyan en el resultado de los juicios.
El año pasado, Francisco aceptó a regañadientes la dimisión de uno de sus principales partidarios, el cardenal de Washington, Donald Wuerl, después de verse implicado en encubrimientos desde hace varias décadas.
Los casos se revelaron en el informe de un jurado de acusación en Pensilvania. Wuerl nunca fue acusado penalmente, pero él resolvió que ya no podía dirigir eficazmente la arquidiócesis después de haber perdido la confianza de la grey y de algunos de sus sacerdotes.
Francisco también aceptó la renuncia el año pasado de Philip Wilson, arzobispo de Adelaida, Australia, tras ser hallado culpable de encubrir abusos. La condena de Wilson fue revocada en apelación, pero ya había sido reemplazado. Su situación futura no está clara.
lsm