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Ciudad del Vaticano.— El papa Francisco aceptó ayer la renuncia de un obispo estadounidense y autorizó una investigación sobre denuncias de que ese prelado acosó sexualmente a adultos, parte del escándalo de abusos y encubrimientos que sacude a la Iglesia católica.
La renuncia del obispo Michael Bransfield de Virginia Occidental fue anunciada justo cuando la delegación estadounidense de cuatro integrantes se reunió con el Pontífice en su estudio privado en el Palacio Apostólico. Entre los cuatro estaba el primo de Bransfield, monseñor Brian Bransfield, secretario general de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.
El obispo Bransfield fue investigado por un presunto incidente de manoseo en el 2007 e implicado en testimonios en la corte en 2012 en un famoso caso de abuso sexual clerical en Philadelphia. La diócesos refutó las acusaciones y él siguió en su ministerio hasta que ofreció retirarse, como está requerido, cuando cumplió 75 años la semana pasada.
El Vaticano dijo ayer que Francisco aceptó la renuncia y nombró al arzobispo de Baltimore William Lori para hacerse cargo de la diócesis de Wheeling-Charleston temporalmente. Lori dijo en una declaración que Francisco también le instruyó “conducir una investigación de las acusaciones de acoso sexual de adultos contra el obispo Bransfield”.
Estos acontecimientos son los más recientes en una asombrosa cadena de revelaciones en la Iglesia católica estadounidense que comenzó el 20 de junio, cuando se informó que uno de los cardenales más prestigiosos de EU, Theodore McCarrick, había sido acusado de manosear a un monaguillo adolescente en la década de 1970.
Francisco destituyó a McCarrick como cardenal en julio luego de que una pesquisa de la Iglesia de EU determinó que la denuncia era creíble. El asunto McCarrick, sumado a un informe de un jurado investigador que detalló miles de casos de abuso sexual y encubrimiento por parte de clérigos en Pennsylvania durante décadas, ha suscitado el enojo entre los fieles.
El presidente de la Conferencia Episcopal de EU, cardenal de Houston Daniel DiNardo, emitió una declaración tras la audiencia papal de ayer en la que dijo que le hablaron al Papa de la “laceración” causada por el abuso y que están deseosos de “continuar activamente nuestro discernimiento juntos para identificar los próximos pasos más efectivos”.
En un encuentro con jesuitas en Dublín, realizado en agosto, y cuyo contenido se difundió ayer, el Papa dijo que no basta con “pasar página” al “drama de los abusos”, sino que se requiere una reparación, y exhortó a la Iglesia irlandesa a pagar indemnizciones por su participación en el escándalo de un orfanato católico en el que se descubrió una fosa común con los restos de cientos de niños.
En Chile, la fiscalía ordenó otros cuatro allanamientos a obispados del país, en busca de material sobre abusos sexuales de menores y su eventual encubrimiento por parte de obispos. En los últimos tres meses se habían hecho otros seis cateos.