Lisboa.- El celebró hoy la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa ante un millón y medio de jóvenes y los animó en un discurso de nuevo improvisado a "levantarse siempre" en la vida y a levantar a los demás.

El papa llegó al parque Tejo, una enorme explanada de 100 hectáreas, en el papamóvil y recorrió todas sus zonas entre el entusiasmo desenfrenado de los jóvenes a pesar de que llevaban horas esperando bajo un sol abrasador.

Jóvenes llegados de y que pasarán la noche en esta gran explanada para participar mañana en la misa de clausura de la JMJ y que ya habían colocado sus sacos de dormir, colchones y todo lo que pudieron encontrar para crear un poco de sombra.

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Desde la JMJ de Cracovia no se vivía un evento de tal magnitud organizado por la Iglesia católica.

Con la llegada del atardecer, comenzó el espectáculo con cantos y bailes también un espectáculo de drones que dibujaron en el cielo palabras como "levántate" y "sígueme" en varios idiomas y en los testimonios de los jóvenes se escuchó a Marta, una joven refugiada de 18 años de Mozambique de la provincia de Cabo Delgado, zona de conflicto de las varias facciones y que tras ser atacada, secuestrada con su familia logró huir del país y ahora han sido acogidos por las parroquias Portugal.

El papa, como está siendo habitual en esta JMJ, dejó el discurso preparado para poder hablar de manera más informal con la marea de jóvenes que le escucharon con atención.

El papa les ofreció pequeñas píldoras de vida como que tienen que ser "raíces de alegría" y que "la alegría tienen que buscarla en el diálogo con los demás".

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También les habló del cansancio que a veces sienten los jóvenes y "cuando no tienen ganas de hacer nada y uno tira la esponja y no quiere seguir" y les preguntó si creían que uno que caía en la vida o cometía errores o coleccionaba fracasos ya tenía la terminada.

Y entonces les animó a levantarse siempre y también levantar a los demás porque "el único momento en el que es lícito mirar de arriba a abajo a alguien e para ayudar a levantarse".

Y les invitó a "entrenarse para la vida" aunque a veces no tengan ganas de esforzarse y bromeó y "por eso copian en los exámenes".

Francisco quiso concluir su discurso con estos tres consejos: "caminar y si uno se cae, levantarse y entrenarse en la vida todos los días".

"En la vida nada es gratis todo se paga, solo hay unas cosas gratis; el amor de Jesús. No tengan miedo, Vayan sin miedo", se despidió así de los jóvenes.

Mañana Francisco volverá a este parque Tejo a orillas del estuario del río Tajo para celebrar la misa de clausura de la JMJ y anunciar la próxima ciudad donde se celebrará y por la tarde se reunirá con los miles de voluntarios que han ayudado en este evento que ha batido el récord del millón de presencias.

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