El Papa Francisco
aprovechó su vista de esta mañana a Cartagena de Indias , como ciudad símbolo de los derechos humanos en Colombia , para hacer un llamado al rechazo de “todo tipo de violencia en la vida política” de Venezuela y abogó por lograr una solución a la “grave crisis” en ese país.
A unas siete de horas de concluir su visita apostólica a Colombia , que inició el pasado miércoles por la tarde, el Sumo Pontífice afirmó en esta capital del norteño departamento colombiano de Bolívar, sobre el mar Caribe, que “desde este lugar, quiero asegurar mi oración por cada uno de los países de Latinoamérica, y de manera especial por la vecina Venezuela”
“Expreso mi cercanía a cada uno de los hijos e hijas de esa amada nación, como también a los que han encontrado en esta tierra colombiana un lugar de acogida. Desde esta ciudad, sede de los derechos humanos, hago un llamamiento para que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis que se está́ viviendo y afecta a todos, especialmente a los más pobres y desfavorecidos de la sociedad”, afirmó.
La exhortación papal se registró al final de un Ángelus en el atrio de la Iglesia de San Pedro Claver, un jesuita cuya misión se desarrolló en la primera mitad del siglo XVII entre esclavos afroamericanos de esta ciudad para defenderlos de los abusos y de la explotación. La etapa final del jesuita transcurrió en la casa santuario visitada por Francisco, también jesuita, y ahora es un sitio de peregrinaciones.
“Todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos”, lamentó.
Tras recordar que San Pedro Claver se hizo llamar como el “esclavo de los negros para siempre”, Francisco relató que “él esperaba las naves que llegaban desde África al principal mercado de esclavos del Nuevo Mundo. Muchas veces los atendía solamente con gestos evangelizadores, por la imposibilidad de comunicarse, por la diversidad de los idiomas”.
“Sin embargo, Pedro Claver sabía que el lenguaje de la caridad y de la misericordia era comprendido por todos. De hecho, la caridad ayuda a comprender la verdad y la verdad reclama gestos de caridad”, contó, al describir que aunque el estado de los esclavos provocaba repugnancia, él “besaba sus llagas”.
Francisco llegó en avión hoy en la mañana a Cartagena, procedente de Bogotá, donde pernoctó desde el pasado miércoles y a la que regresó luego de sus visitas del viernes a Villavicencio, capital del central departamento del Meta, y ayer a Medellín, capital del noroccidental departamento de Antioquia.
El viaje ha estado dominado por el afán del Papa de afianzar el proceso colombiano de de pacificación y de reconciliación tras la firma, en noviembre de 2016, de un acuerdo de paz entre las ahora ex insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ya convertidas en partido político legal, y el gobierno de este país, y que en 2017 permitió desarmas y desmovilizar a unos 7 mil rebeldes, ya en proceso de reinserción social, entre otros pasos todavía en desarrollo.
La gira del Papa a Colombia se realiza bajo el lema “Demos el primer paso”, en referencia a la paz colombiana.
Paso. En este contexto, la mención del Papa a Venezuela, hundida en los últimos años en una profunda crisis institucional, política y socioeconómica, es la única que ha hecho hasta el momento durante su periplo por Colombia que, al culminar esta noche aproximadamente a las 19:00 horas, será de casi 100 horas.
El Vaticano intermedió en un frustrado diálogo en Venezuela entre las fuerzas del oficialismo chavista y de la oposición antichavista que se inició a finales de octubre de 2016 y que fracasó en su propósito de lograr un arreglo político en ese país.
Los problemas venezolanos se agravaron a partir de abril de este año, cuando la oposición se lanzó a las calles a protestar por la decisión del régimen chavista de desconocer las potestades de la Asamblea Nacional, de mayoría antichavista, y desató una cadena de actos de repudio al gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que dejaron un saldo de más de 130 muertos.
El conflicto se agudizó luego de que el chavismo, en unos comicios catalogados como farsa por la oposición, eligió el 30 de julio anterior a una Asamblea Nacional Constituyente que asumió a principios de agosto y que fue desconocida por influyentes sectores de la comunidad internacional.