El papa Francisco pidió perdón este lunes por los miembros de la Iglesia católica que cooperaron con la “devastadora” política canadiense aplicada en las escuelas residenciales indígenas por años.
“Pido humildemente perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas”, dijo Francisco a miles de indígenas que se reunieron el lunes en Maskwacis, Alta, unos cien kilómetros al sur de Edmonton, donde se encuentra el antiguo internado de Ermineskin, uno de las más grandes de Canadá, abierto de 1895 a 1975.
“Aquí, desde este lugar, asociado a recuerdos dolorosos, quisiera comenzar lo que considero una peregrinación. Un peregrinaje penitencial”, dijo en Pontífice, de acuerdo con la cadena CBC News.
"Pido perdón por la forma en la que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada", agregó.
Francisco, quien se veía visiblemente cansado y evitó caminar, siendo trasladado en silla de ruedas, dijo repetidamente que lamentaba las acciones del pasado, apoyadas por muchos miembros de la Iglesia, que crearon el “error desastroso” y el “mal deplorable” de las escuelas residenciales.
Dijo que el recuerdo de los niños que nunca regresaron de las escuelas residenciales le ha dejado un sentimiento de “dolor, indignación y vergüenza”.
Las palabras del Pontífice fueron más allá de su anterior disculpa por los “deplorables” actos de los misioneros.
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Foto: AP
Esta vez, detalló CBC News, asumió la responsabilidad por la cooperación institucional de la iglesia con la “catastrófica” política de asimilación, que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá ha dicho que equivalía a un “genocidio cultural”.
Francisco, de 85 años, llegó el domingo a Edmonton (provincia de Alberta) para una visita de seis días que ha sido muy esperada por los pueblos aborígenes locales principalmente de tres grupos: Primeras Naciones, Metis e Inuit.
En el centro de lo que llamó “peregrinaje penitencial” está el doloroso capítulo de las “escuelas residenciales” para niños indígenas, un sistema de asimilación cultural que causó la muerte de al menos 6 mil menores por enfermedad, desnutrición, negligencia o abusos desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990, y que creó un trauma a varias generaciones.
El gobierno canadiense, que ha indemnizado con millones de dólares a antiguos alumnos, se excusó oficialmente hace 14 años por haber creado estas escuelas para “matar el indígena en el corazón del niño”.
Después de llegar a la pequeña comunidad de la pradera de Alberta, el Papa visitó el cementerio de la Nación Cree de Ermineskin, donde guardó un momento de silencio, oración y reflexión. Los organizadores creen probable que en ese cementerio haya restos de estudiantes de la escuela residencial.
Con información de agencias.
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