.- El presidió este miércoles su audiencia pública semanal en el Vaticano pero dijo que todavía se encuentra mal y pidió a un ayudante que leyese sus comentarios un día después de cancelar un viaje al extranjero.

El pontífice argentino, que el 17 de diciembre cumplirá 87 años y a quien le falta parte de un pulmón desde que era joven, tosió casi al final del acto de una hora de duración, mientras hacía unos comentarios finales. Después se levantó de su silla en el escenario y bendijo a los presentes.

Con una voz débil, poco más que un susurro, Francisco dijo a los asistentes que “como no estoy bien”, la lectura de su discurso no sonaría “bonita”. Entonces entregó el discurso impreso a un ayudante.

Pero sí habló al final de la audiencia para mostrar su satisfacción por el alto el fuego temporal en la guerra entre y , y dijo que espera que continúe “para que todos los rehenes sean liberados y se siga permitiendo el acceso a las ayudas humanitarias necesarias”.

“No hay agua, no hay pan. La gente sufre”, afirmó.

El Vaticano anunció el martes que los médicos pidieron al papa, que padece una inflamación pulmonar que le causa problemas respiratorios, que cancelase un viaje de tres días para asistir a la conferencia climática de Naciones Unidas, conocida como COP28, en Dubái. El viaje habría comenzado el viernes y el papa habría estado de regreso en Roma el domingo.

El anuncio de la Santa Sede apuntó que el estado de salud del pontífice había mejorado aunque sufría una gripe y una “inflamación de las vías respiratorias”.

Francisco, que ha hecho del cuidado del medio ambiente una prioridad de su papado, quería participar de algún modo en la Conferencia de las Partes en Emiratos Árabes Unidos, según el Vaticano. No estaba claro si podría leer su discurso por videoconferencia o estar presente de alguna otra forma.

Según el Vaticano, el pontífice aceptó el pedido de los doctores “con gran pesar”.

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Antes del inicio de la audiencia, se reunió con miembros del Celtic de Glasgow, un equipo de fútbol escocés con fuertes raíces católicas.

“Disculpen, pero con este resfriado no pueblo hablar mucho, pero estoy mejor que ayer”, dijo Francisco.

Aunque dejó que un sacerdote leyera sus comentarios, al final el papa elogió la “belleza de jugar juntos”. Francisco, un ávido aficionado al fútbol, dijo a los jugadores que los saludaría uno por uno.

“No importa si hemos ganado o no”, dijo al equipo, que quedó eliminado el martes en la Liga de Campeones, la máxima competencia europea del clubes, tras perder por 2-0 frente a Lazio en Roma.

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Hacia el final de la audiencia, artistas circenses subieron al escenario para realizar un número acrobático. El papa observó encantado la actuación, en la que participaron acróbatas y un malabarista. Después se tomó una foto con el grupo.

“Quiero dar las gracias por este momento de alegría”, señaló agregando que el circo expresa la dimensión humana de la “alegría sencilla” y pidió a los asistentes que aplaudiesen.

El papa estuvo hospitalizado a principios de año para recibir tratamiento intravenoso con antibióticos para tratar lo que el Vaticano reportó como una bronquitis.

De acuerdo con la Santa Sede, el papa está recibiendo antibióticos por vía intravenosa para curar la gripe. En una aparición televisada el domingo se podía ver una cánula intravenosa en su mano derecha. Francisco se sometió a un TAC en un hospital de Roma el 25 de noviembre que descartó que sufriese neumonía, apuntó.

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