Madrid.—
Las autoridades españolas tienen la potestad de cambiar la fecha de celebración de algunas fiestas oficiales , mientras la mayoría de los países europeos consideran estas jornadas como inamovibles.
Salvo algunos festivos de ámbito nacional que se deben cumplir de acuerdo al organigrama que establece cada año el Ministerio del Trabajo, los feriados en España, si caen en domingo, pueden desplazarse al lunes a fin de que el trabajador no pierda la jornada de asueto y disfrute de un fin de semana largo.
España es uno de los países europeos con más días feriados nacionales y regionales (14). En las antípodas se ubican Holanda , Inglaterra y Gales , con tan sólo ocho jornadas de ocio suplementario, aunque la mayoría del continente se sitúa en el término medio, entre diez y 12 festivos al año.
Mientras en Gran Bretaña algunas festividades que caen en domingo pueden trasladarse al lunes, en otros países como Francia o Irlanda, si la fiesta coincide con el fin de semana, se retribuye al trabajador económicamente o con un día de asueto posterior.
En cualquier caso, las cifras de feriados en los países europeos contrastan con las que se registran en México, el país que goza de menos días festivos con carácter oficial de todo el mundo, de acuerdo con un estudio de Mercer’s Worldwide Benefit and Employment Guidelines.
Las estadísticas no corroboran que el mayor o menor número de festivos, o la reducción de las horas laborables, impliquen un peor rendimiento social o económico.
Aunque gran parte de la actividad económica se detiene durante los días libres, esta desconexión tiene un impacto positivo en sectores como turismo y hostelería, además de repercutir favorablemente en aspectos menos tangibles, como la motivación de los trabajadores o la conciliación familiar, apuntan los expertos.
Algunos de los países europeos con mejor productividad laboral cuentan con jornadas de trabajo más reducidas, mientras otras naciones menos desarrolladas del viejo continente llegan a superar con creces las 40 horas laborales por semana.
La gestión de los feriados genera en España posiciones encontradas, ya que la ciudadanía en general se inclina por incrementar los días de asueto y es partidaria de los fines de semana largos, mientras la patronal pone objeciones a los puentes prolongados que en España se conocen como acueductos y que, según los empresarios, entrañan generalmente “una ruptura y desoptimización importante de los recursos implicados en los procesos productivos”.
Los puentes en España no los deciden las autoridades, ya que son resultado de las negociaciones entre la patronal y los representantes de los trabajadores. Cada sector tiene su convenio laboral, por lo que no existe una norma estatal que regule los puentes, como sí se hace con los festivos.
“Los puentes y macropuentes dependen de los distintos sectores y de la negociación colectiva, muchas veces en cada empresa. Cuando se pacta el calendario se calculan las horas laborales de todo el año y las horas sobrantes se colocan en los puentes. Que se hagan o no depende del número de horas anuales que cada sector acuerde en los convenios y de las mejoras sindicales que se consigan para que los trabajadores puedan tener horas disponibles y ganar días para hacer esos puentes", señala a EL UNIVERSAL Sonia García, Secretaria de Acción Sindical de Comisiones Obreras (CCOO), de la comunidad autónoma de Aragón.
La líder sindical detalla que los puentes en España no se disfrutan de manera generalizada y reconoce que hay división de opiniones entre los trabajadores sobre la conveniencia de los fines de semana extremadamente largos.
“Hay una parte del sector, industrias y fábricas, que preferiría que para poder organizarse no hubiera macropuentes con tantos días de parón. Pero hay otros sectores muy importantes, como la hostelería y el comercio, que son más partidarios de los puentes, ya que el turismo les favorece”, concluye.