Bruselas.— A pesar de los incrementos en las intercepciones de drogas por parte de las autoridades portuarias y los cuerpos militarizados (Marechaussee), los especialistas continúan considerando a Países Bajos como la “meca” del narcotráfico en la Unión Europea (UE).

La cocaína procedente de Sudamérica sigue llegando a la próspera nación europea en cantidades no vistas. En el primer semestre de 2023, las aduanas holandesas interceptaron un tercio más de cocaína que en el primer semestre del año pasado; 29 mil 702 kilogramos frente a 22 mil 9 kilos.

El número de personas involucradas en actividades del narcotráfico va en ascenso. En los primeros seis meses del presente año la policía detuvo en el puerto de Rotterdam a 217 uithalers, sujetos enviados para sustraer clandestinamente droga oculta en contenedores navieros. La cifra prácticamente es similar al total de sospechosos arrestados en el puerto por esa actividad en 2022.

Inquieta además el rejuvenecimiento de los uithalers. De los arrestos, aproximadamente 63% eran menores de 23 años; un año antes, el bloque juvenil formaba 45%.

Pero Holanda, considerada junto con Bélgica y España como la puerta de acceso de la cocaína a la UE, al concentrar conjuntamente 75% de los decomisos anuales, no sólo importa estimulantes ilícitos para diseminarlos por el resto de la comunidad, también produce y exporta.

En el rubro de las drogas sintéticas no hay quien le haga sombra al país naranja. El menú es extenso, desde metanfetaminas de cristal fabricadas con asesoría de cocineros mexicanos hasta catinonas.

La cantidad de laboratorios clandestinos desmantelados el año pasado aumentó en 20% en comparación a 2021. La anfetamina es la sustancia predilecta, se descubrieron 38 lugares de producción, seguido por la metanfetamina y éxtasis, con 15 cada uno. Además fueron desmantelados 17 lugares de extracción de cocaína, “un número sorprendente”, en palabras del encargado del departamento antinarcóticos de la Policía, Willem Woelders.

“La información disponible indica inequívocamente que la mayor producción de éxtasis continúa concentrándose en y alrededor de Holanda”, detalla el último informe anual del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías.

A la par del aumento de los flujos ilícitos de drogas, la violencia criminal ha ido creciendo, al tiempo que ha dejado de ser un mero método de intimidación entre bandas rivales. La violencia está golpeando estructuras de la democracia; entre las víctimas está el prominente reportero de investigación Peter R. de Vries, y el abogado penalista Derk Wiersum, asesinados a tiros en el corazón de Ámsterdam en 2021 y 2019, respectivamente.

El gobierno de Rotterdam intenta apaciguar la ciudad con una campaña basada en anuncios, mensajes publicitarios e imágenes en redes sociales. Uno de los anuncios muestra un ataúd con una cruz de dos líneas de cocaína y un texto que dice: “Tu línea, su liquidación”.

Leer también:

Fallido light

En el marco de la Conferencia Global sobre Crimen Organizado celebrada anualmente por instancias como el Center for Information and Research on Organized Crime (CIROC), el criminólogo y estudioso de la Universidad de Maastricht, Hans Nelen, dijo en ediciones pasadas que no se puede describir a Holanda como un narcoestado, entre otros, porque la corrupción no es endémica ni hay evidencias de que los mercados lícitos estén en manos de la delincuencia.

Sin embargo, admite el experto, “sí hay un gran problema”. Holanda desempeña un papel pivote a nivel global en el tráfico de cocaína, cannabis y drogas sintéticas.

Entre los factores que han colocado a la pequeña nación en el epicentro de la problemática de drogas está la histórica conexión que tiene con el resto del mundo: desde siempre ha sido una nación con gran tradición comercial y de enorme movilidad de personas.

Afirma que los criminales han abusado desde hace años del puerto de Rotterdam y el aeropuerto de Schiphol, dos importantes polos de acceso a la UE. A esto se añade una política de drogas que durante años fue laxa, principalmente con relación a las drogas sintéticas y el cannabis. “Ahora estamos pagando el precio”, señaló el investigador en un foro de discusión que se generó como consecuencia del asesinato de Peter R. de Vries y en el que se examinó la problemática de drogas en Países Bajos.

Teun Voeten, antropólogo y experto en narcotráfico, afirma que Holanda es “un narcoestado versión light”.

“Hay mucha oposición en Holanda por llamarlo así porque no quieren aceptarlo, pero en la tipología vemos que hay narcoestados muy violentos y otros que funcionan, y dentro de ellos hay distintas escalas y niveles.

“Así que es un problema de definición, porque en Holanda sí hay corrupción, hay violencia extrema, hay infiltración y una enorme economía de drogas; es el mayor exportador de drogas sintéticas, el mayor importador de cocaína y tiene uno de los mercados más grandes de consumo. Además, Ámsterdam es el centro internacional del narcotráfico”.

El estudioso holandés, quien investiga actualmente la problemática del fentanilo a partir de hipótesis de que supuestamente los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán ordenaron la interrupción de su producción, sostiene a EL UNIVERSAL que el negocio de narcóticos en Holanda prospera por las penas tan bajas impuestas a narcotraficantes, de dos a cuatro años de cárcel.

Eso explica por qué cocineros de Culiacán estuvieron viajando a Holanda para operar en laboratorios clandestinos de metanfetamina de cristal.

Además, es una nación con una enorme red de infraestructura, compartiendo frontera terrestre con Alemania y Bélgica, y “los holandeses tienen un complejo de superioridad moral, están convencidos de que su política de drogas es la mejor del mundo”.

A esto se añade a una legislación fiscal favorable para lavar dinero y un sistema “ultracapitalista” en el que son aprovechadas todas las oportunidades para hacer dinero. “En el pasado lo hicieron con esclavos, ahora con narcóticos, esa una tradición holandesa, el hacer dinero”, indica.

Leer también:

Paquetes de cocaína, después de que fueron incautados por las autoridades en el puerto de Rotterdam el 13 de julio pasado. Foto: AFP
Paquetes de cocaína, después de que fueron incautados por las autoridades en el puerto de Rotterdam el 13 de julio pasado. Foto: AFP

Elusivos

A diferencia de los cárteles mexicanos, la mafia italiana o la tríada china, en Holanda no operan organizaciones de composición piramidal ni con estructuras fijas. Son principalmente redes que se activan de acuerdo con las oportunidades de negocio.

Por ejemplo, cuando hay un pedido de cocaína, entra en acción el intermediario, el operador en Sudamérica, el encargado de mover la mercancía a través del Atlántico, los contactos en los puertos, el uithaler y así sucesivamente hasta entregar la mercancía para ser diseminada entre los distribuidores.

“Cada uno de ellos son hombres de negocio independientes y sólo trabajan conjuntamente para ejecutar un proyecto. Las distintas corporaciones desaparecen del radar una vez el negocio es concretado, de ahí lo difícil que resulta su desmantelamiento”, sostiene Voeten.

De acuerdo con el informe de la Policía titulado el narcoestado de Holanda, debido a su naturaleza oculta, no está claro cuánto dinero realmente genera el negocio de la droga, ni en qué proporción se mueve.

Sin embargo, en 2018, un estudio dirigido por el catedrático de la Universidad de Tilburg, Pieter Tops, estimó el negocio anual de drogas sintéticas en por lo menos 18 mil 900 millones de euros. Añadiendo las ventas de hachís, cocaína y heroína, la factura podría ascender a 40 mil 700 millones de euros.

En Holanda el margen de ganancia es exponencial. Datos de la Policía muestran que en Colombia un kilo de cocaína cuesta 2 mil 700 euros y una vez en Países Bajos entre 26 mil 500 y 28 mil euros.

El tránsito por territorio holandés incrementa el valor. En Alemania y el Reino Unido, un kilo vale alrededor de 40 mil euros y hasta 80 mil en Finlandia.

Voeten sostiene que el dinero negro es invertido en la economía legal, principalmente en el sector inmobiliario, entra al sistema financiero aprovechando las ventajas fiscales que ofrece el país o es transferido a cuentas de Dubái.

El estudioso holandés señala que muchos criminales dejan el negocio negro cuando consideran suficiente el dinero generado por las inversiones legales.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios