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San José.— Cuando el periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro Barrios actuó, de 1979 a 1990, como pieza clave al servicio de Daniel Ortega en el régimen izquierdista del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua, nunca protestó en público contra la política impuesta en esos años para censurar y coartar el libre ejercicio del periodismo en esa nación.
En casi 12 años de revolución sandinista, Ortega cerró medios, como el diario La Prensa, de la familia de Chamorro, y persiguió y envió al exilio a periodistas. Chamorro rompió con el orteguismo en 1994 y ahora es una de las víctimas de la política de Ortega, presidente de Nicaragua desde 2007, contra la libertad de prensa y de expresión.
“Cometimos graves errores”, dijo Chamorro a EL UNIVERSAL en una entrevista sobre lo ocurrido de 1979 a 1990 y que reapareció en Nicaragua con más fuerza a partir de 2018 con una oleada de protestas opositoras.
El periódico digital Confidencial y los programas televisivos Esta Noche y Esta Semana, dirigidos por Chamorro, son blanco del acoso policial y judicial de Ortega sobre la prensa independiente. Ante la ocupación policial de esos medios en diciembre de 2018, Chamorro, de 65 años, vivió en 2019 en el exilio en Costa Rica.
En la época revolucionaria, Chamorro integró el Departamento de Agitación y Propaganda (DAP) del FSLN; arrastra una imagen que transitó de censor a censurado. “La censura no la administraba el DAP, sino la Dirección de Medios de Comunicación del Ministerio del Interior”, aclaró.
“El Estado impuso la censura de prensa, bajo la justificación de un decreto de estado de emergencia, derivado de la situación de guerra de agresión externa, que también era una guerra civil en que vivía el país (...) Bajo la lógica de la defensa militar en la guerra, la propaganda sustituyó y deshumanizó el periodismo profesional, y los periodistas que entonces formábamos parte del FSLN y apoyábamos la Revolución, cometimos graves errores”, reconoció. “Al amparo de la censura contra los medios de oposición y los ciudadanos, se cometieron graves abusos de represión política contra las libertades, que no denunciamos por ceguera ideológica, al aceptar nosotros mismos la autocensura”, lamentó.
Chamorro es hijo de la expresidenta de Nicaragua, Violeta Barrios viuda de Chamorro (1990-2007) y del periodista nicaragüense, Pedro Joaquín Chamorro, asesinado en 1978 por la dictadura de la familia Somoza, que gobernó de 1934 a 1979. Barrios derrotó en elecciones a Ortega en 1990. Los Chamorro Barrios enfrentan lo que la oposición denunció como dictadura dinástica de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
El dúo presidencial negó ser represor y alegó que se defiende de lo que catalogó como conspiración terrorista de opositores, periodistas y medios.
“Los cierres de medios, la represión y la censura por razones políticas o ideológicas no fueron justificables antes, durante la guerra [de la década de 1980], y tampoco ahora, bajo la dictadura de Ortega, cuando no existe una situación de guerra en el país”, planteó Chamorro. “Nuestra obligación y nuestro compromiso es defender la libertad de expresión con más determinación, para evitar que esta práctica represiva se siga repitiendo, y que sea extirpada para siempre de nuestra cultura política”, clamó.
Sin descanso
Durante 45 años y, al igual que hoy hacen Ortega y Murillo, los Somoza toleraron a periodistas y medios dóciles a sus designios.
Tras derrocar por las armas al somocismo, el FSLN también reprimió a periodistas y medios al aducir que debió defender la soberanía de Nicaragua, porque su Revolución se convirtió en víctima de la “agresión imperial” de EU que organizó, financió y dirigió a la “contra” nicaragüense. “La libertad de prensa se recuperó plenamente después de 1990, bajo el gobierno de mi madre. (….) La censura fue erradicada como política estatal y así quedó consignado en la reforma constitucional de 1995”, rememoró Chamorro.
“Desde 1991, con el relanzamiento de Barricada y a partir de 1996, con la fundación de Confidencial como medio independiente, acompañé este proceso promoviendo la despartidización y profesionalización del periodismo, que con el retorno de Ortega al poder en 2007 se ha visto amenazado”, lamentó.
Con opción de gobernar al menos hasta 2027, rumbo a las presidenciales de noviembre y con mando sobre los poderes Ejecutivo, Judicial, Legislativo y Electoral, Ortega hostigó a la nicaragüense Cristiana Chamorro Barrios, hermana e hija de periodistas y de la expresidenta.
Rumbo a los comicios presidenciales de noviembre y con mando sobre los poderes Ejecutivo, Judicial, Legislativo y Electoral, Ortega hostigó esta semana a la nicaragüense Cristiana Chamorro Barrios, hermana e hija de periodistas y de la ex presidenta y precandidata presidencial.
Citada a declarar ante el Ministerio Público de Nicaragua por presunto blanqueo de dinero, ella denunció: “El dictador está desenfrenado contra el periodismo”.