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San José.– En un mensaje a Estados Unidos y a los gobiernos americanos de derecha y centro derecha, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, advirtió este jueves por la noche que las fuerzas de izquierda de América Latina “hemos apostado a la vía electoral”, pero que por la “jugarreta” para sacar a Evo Morales de la presidencia de Bolivia, los pueblos de la región “se sentirán” con derecho “de buscar las armas para tomar el poder”.
Morales sufrió un golpe de Estado contra Morales como “una trampa bien montada”, recalcó el gobernante.
Ortega lanzó la amenaza al final de un encuentro en Managua del Consejo Político de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América—Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA—TCP), principal alianza hemisférico anti—Washington y encabezada por Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
Ortega aludió a las guerrillas comunistas, socialistas e izquierdistas de América Latina que, principalmente en la segunda mitad del siglo XX, recurrieron a las armas para tratar de tomar el poder, como se logró exitosamente en Cuba en 1959. La insurgencia también venció en Nicaragua en 1979, con la entonces guerrilla del ahora gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que derrocó a la dictadura de la familia Somoza, que gobernó en Nicaragua de 1934 a 1979.
Con la excepción de Cuba y Nicaragua, los movimientos subversivos fracasaron en el continente americano y, en una transición del final del siglo XX al XXI, aceptaron involucrarse, bajo distintas condiciones por las diferencias entre países, en procesos de paz y de reinserción política pacífica y legal, por lo que se convirtieron en partidos que compitieron en las urnas por alcanzar el poder.
Ex guerrilleros, como Ortega en Nicaragua, José Mujica en Uruguay y Salvador Sánchez en El Salvador, ganaron la presidencia de sus naciones en contiendas electorales en este siglo.
Ortega, máximo jerarca del FSLN, alertó al respecto:
“¡Que se fijen bien lo que están haciendo los imperialistas de la tierra aquí en Bolivia! ¡Que se fijen bien! Y la señal que le están dando a América Latina, porque hemos apostado a la vía electoral, hemos apostado a la vía electoral, pero creo que lo de Bolivia es una prueba de fuego, para que se pueda sostener la mínima confianza en la vía electoral. De lo contrario, los pueblos se sentirán con todo el derecho, la obligación de buscar las armas para tomar el poder por la vía revolucionaria”.
Acompañado del venezolano Jorge Arreaza, canciller de Venezuela, y del boliviano Diego Pary, todavía proclamado canciller de Bolivia con Morales, el gobernante nicaragüense adujo que el ataque para deponer al mandatario boliviano “estaba planeado, financiado, organizado.
¿Dirigido por quiénes? Por los que están siempre dirigiendo allá, desde los Estados Unidos”.
“¡Que lo piensen bien los que están jugando con fuego, que lo piensen bien porque están jugando con fuego! Esto que está pasando en Bolivia ahorita es algo increíble, increíble pero cierto como dicen. Pero bueno, esto es increíblemente tenebroso y desgraciadamente cierto”, aseguró.
En contra de Morales y sus simpatizantes hubo “una jugarreta, una trampa bien montada”, en un panorama “inexplicable porque la ruta que ellos venían transitando y que seguían transitando es la ruta de la vía electoral, entonces una trampa bien montada. Y se desencadena el golpe”.
“Eso no es nada improvisado, eso no tiene nada que ver con que nos vengan a decir ahora que es que el pueblo salió de forma espontánea”, puntualizó, al acusar que “los que dirigen estas operaciones no son los grandes capitalistas norteamericanos, son sus ‘cipayos’ (serviles), sus empleados allá, los que se hacen cargo de estas operaciones”, acusó.
Sacudida regional
La reunión del ALBA—TCP se realizó en el entorno del turbio escenario político continental, con énfasis en la crisis boliviana.
Aduciendo que su actuación está apegada a la legalidad, la senadora boliviana Jeanine Áñez Chávez, de una coalición política opositora a Morales, se proclamó el pasado martes como presidenta de Bolivia, para finalizar en enero de 2020 el periodo para el que su antecesor fue electo en 2014.
Al respecto, Pary acusó que “lo que ha hecho el golpismo es posesionar a una presidenta que ilegalmente está ejerciendo funciones”.
En una declaración que emitió este jueves por la noche en Managua, el Consejo Político del ALBA—TCP condenó “categóricamente el golpe de estado consumado” en contra Morales, “y la persecución y violencia desproporcionada a la que son sometidos sus ministros y demás funcionarios de gobierno, así como también a sus dirigentes y familiares”.
“Desconocemos las pretensiones de aquellos que se autoproclaman autoridades legítimas, violentando el orden constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, en virtud de lo cual, cualquier designación o disposición legal resulta nula e írrita”, precisó.
“Denunciamos a los grupos opositores de la oligarquía boliviana y los comités cívicos, los cuales cuentan con el apoyo de Gobiernos extranjeros como los únicos responsables de la violencia desatada en varias de las principales ciudades de Bolivia, que ya cobra la vida de decenas” de bolivianos, indicó.
El Consejo Político repudió las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en apoyo a los pronunciamientos de militares y policías que sugirieron a Morales que renunciara, para lograr la pacificación del país.
Luego de tres semanas de trifulcas políticas en Bolivia por las denuncias opositoras de que hizo fraude en los comicios presidenciales del pasado 20 de octubre para reelegirse y asumir, a partir del próximo 22 de enero, un cuarto periodo consecutivo, Morales aceptó el domingo anterior primero repetir las elecciones y luego renunciar, bajo el asedio de las protestas populares y el acoso de las jerarquías militares y policiales.
Morales llegó el martes a la capital mexicana, donde ratificó que fue víctima de un golpe de Estado fraguado por la oposición política boliviana en asocio con Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Al conocer el domingo los resultados de una auditoría vinculante de la OEA a las elecciones del 20 de octubre que reveló numerosas irregularidades en la consulta en las urnas, Morales los aceptó y anunció que los comicios deberían repetirse- Posteriormente, se produjo su renuncia.
Morales alegó inicialmente que venció con más del 40% de los votos válidos y con una diferencia de más del 10% sobre su inmediato seguidor, el ex presidente y candidato opositor Carlos Mesa, por lo que ganó su reelección en primera ronda sin necesidad de acudir a una segunda vuelta.
Esas proclamas enardecieron a las fuerzas opositoras, que exigieron su dimisión.
agv