Más Información
Familias de desaparecidos en Mazatlán irrumpen en evento de Sheinbaum; mandataria promete atender peticiones
Sheinbaum responde a Trump sobre declarar a cárteles como organizaciones terroristas; rechaza injerencia extranjera
Trump declarará a cárteles como organizaciones terroristas; "fui muy duro con México, hablé con la nueva presidenta"
Dictan 600 años de prisión a "El Negro" Radilla y "El Cone"; responsables de secuestrar al hijo de Javier Sicilia
Videojuegos, el nuevo gancho del crimen para captar menores; los atraen con promesas de dinero y poder
¿Maíz transgénero? Rubén Rocha corrige desliz durante discurso en Sinaloa; destaca importancia del maíz blanco
Sheinbaum asegura apoyo total a Sinaloa para enfrentar violencia; "Nunca los vamos a dejar solos, aquí está la presidenta"
Sergio Gutiérrez Luna destaca aprobación de 25 reformas en la 66 Legislatura; "Un logro histórico para la 4T", señala
Un orangután de Sumatra, herido en la cara, se curó a si mismo aplicándose un ungüento que él produjo al masticar una planta medicinal, en la primera observación de tal comportamiento en un gran simio en estado silvestre, anunció el jueves la revista Scientific Reports.
Rakus, de unos 30 años, tenía una herida que exponía la carne debajo del ojo derecho a lo largo de sus fosas nasales, lesión originada "probablemente en una pelea con otro orangután macho", explicó Isabelle Laumer, primatóloga del Instituto Max Planck y principal autora del estudio.
El orangután integra un grupo de 130 congéneres, todos sin domesticar, sujetos a observación en el parque nacional indonesio de Gunung Leuser.
Tres días después de su lesión Rakus comenzó a masticar hojas de una liana llamada Akar Kuning pero, en vez de ingerirla colocó el jugo de la planta sobre su herida abierta, y la cubrió completamente con la pulpa de liana.
Lee también: VIDEO: ¡Qué miedo! Se rompe tren de aterrizaje de un avión justo al despegar en Colombia
Cinco días más tarde la herida se cerró y, dos semanas después, dejó una cicatriz apenas visible.
El medicamento utilizado es parte de la farmacopea tradicional en la región, desde China hasta el sudeste asiático.
Gracias a sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias esta liana y otras similares "se utilizan como medicinas tradicionales para diferentes enfermedades, como la malaria", según la bióloga citada.
Primer caso de automedicación en animales
Se trata del primer "caso documentado de tratamiento de una lesión por un animal salvaje con una especie de planta que contiene sustancias biológicas activas", destaca el estudio.
Si se confirma mediante otras observaciones completarías una lista creciente de comportamientos de automedicación por parte de animales, especialmente primates.
En la década de 1960, la primatóloga Jane Goodall observó por primera vez que los chimpancés consumían hojas cuyo rol antiparasitario fue revelado más tarde.
Ese mismo comportamiento fue observado desde entonces en bonobos y gorilas, que seleccionan cuidadosamente las plantas a ingerir y cuyo conocimiento sería transmitido por las hembras.
Lee también: El "kush", la nueva droga que devasta a los jóvenes de África Occidental
Más recientemente los investigadores observaron orangutanes de Borneo, también en libertad, masticando las hojas de una planta medicinal antes de frotar sus extremidades. La Dracenea cantleyi es utilizada por las poblaciones indígenas para tratar dolores musculares y articulares.
El estudio considera que el comportamiento de Rakus, al igual que el de sus congéneres de Borneo, fue intencional. Un tratamiento repetido y meticuloso de una parte del cuerpo específico, "que llevó un tiempo considerable", según Isabelle Laumer.
Experta señala una posible "innovación individual"
La doctora Caroline Schuppli, coautora del estudio, no excluye la posibilidad de una "innovación individual" de origen accidental.
Rakus podría haber aplicado sin querer el jugo de la planta sobre su herida, justo después de haberse llevado los dedos en la boca. Como la planta tiene un efecto analgésico los monos "pueden experimentar un alivio inmediato, lo que los empujaría a repetir la operación varias veces", según esta responsable del grupo Desarrollo y Evolución Cognitiva en Max Planck.
Como este comportamiento no fue observado hasta ahora a nivel local la investigadora no excluye que esté presente en la zona de origen de Rakus, ya que los jóvenes orangutanes abandonan su región natal después de la pubertad.
El hecho de que, como los seres humanos, los primates puedan tratar activamente una lesión de esta manera sugiere que "nuestro último ancestro común ya utilizaba formas similares de tratamiento con ungüentos", afirma Schuppli.
kicp/mcc