La oposición venezolana quedó acorralada tras el estrepitoso golpe que recibió en las elecciones regionales del domingo, de las que desconoce el resultado, al igual que Estados Unidos y la Unión Europea, que condenaron la falta de comicios libres en el país caribeño. La escalada de tensión complica más que haya diálogo entre el gobierno y los opositores.

Aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció hacia el final de la jornada que el partido oficialista ganó 17 de las 23 gobernaciones disputadas, la oposición advirtió ayer que no reconocerá los resultados.

Según el CNE los opositores sólo triunfaron en cinco estados. Aún está pendiente el resultado de la gubernatura de Bolívar, donde el lunes la oposición realizó una manifestación para exigir los resultados finales. La protesta fue dispersada con bombas lacrimógenas y balas de goma por la Guardia Nacional.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) pidió una “auditoría total” del proceso, al acusar al CNE de servir al gobierno. Las autoridades electorales desestimaron las críticas y aseguraron que actuaron apegadas a las leyes.

El presidente Nicolás Maduro dijo estar seguro de un triunfo del oficialismo, que calificó de “tajante”, pero ante los cuestionamientos ordenó una revisión de 100% de los votos y dijo que pediría a la Asamblea Constituyente que audite todo el proceso.

“Fuimos a un proceso donde se violó la Constitución y los derechos políticos de los ciudadanos”, dijo en la emisora Unión Radio la coordinadora electoral de la MUD, Liliana Hernández, quien añadió que el CNE incurrió en irregularidades, por ejemplo, por no permitir la inscripción de casi 2 millones de jóvenes votantes, no aceptar la sustitución de candidatos que habían renunciado y reubicar de última hora 274 centros electorales.

“Ayer nos enfrentamos a un sistema absolutamente fraudulento”, afirmó a su vez el ex candidato opositor de la gobernación de Miranda, Carlos Ocariz, al denunciar que la oposición enfrentó una “masificación del voto múltiple”, aunque no mostró pruebas.

Ocariz agregó que la oposición se declara en “lucha para limpiar ese sistema fraudulento”, lo que implicaría la recopilación y revisión de todas las actas, y la presentación de las denuncias de los incidentes que se registraron antes y después de la votación.

Dos candidatos opositores anunciaron que impugnarán los resultados. El aspirante al estado Vargas, José Manuel Olivares, denunció que las “incidencias” registradas en el lugar “indican que 60 mil electores fueron afectados o imposibilitados para ejercer su derecho al voto”.

La candidata de la MUD en el estado Delta Amacuro, Larissa González, dijo que los resultados en esa localidad no son “la realidad de este estado, no muestra el sentir del pueblo”.

La oposición venezolana también descartó cualquier diálogo con el gobierno mientras no haya una auditoría de las elecciones regionales.

“No asistiremos a ningún proceso de exploración, conversación o negociación, hasta en tanto no se hayan aceptado las auditorías” con verificación internacional, anunció Ángel Oropeza, a nombre de la MUD.

En tanto, el oficialismo celebró ganar 17 gubernaturas, pues los sondeos daban a la oposición la posibilidad de obtener 18 estados. Además, los chavistas se atribuyeron el último que quedaba por definirse, aunque el CNE aún no lo anunció.

A nivel nacional, el oficialismo obtuvo 54% de votos. “El chavismo está vivo, está en la calle y está triunfante”, festejó Maduro, pensando en las presidenciales de finales de 2018.

Los candidatos del gobierno fueron proclamados ayer en los diferentes estados donde resultaron ganadores La Asamblea Constituyente espera juramentar hoy a los nuevos funcionarios, dijo su presidenta, Delcy Rodríguez.

Estados Unidos criticó severamente los resultados en Venezuela. “Condenamos la ausencia de elecciones libres y justas ayer [domingo] en Venezuela. La voz del pueblo venezolano no fue escuchada”, dijo el Departamento de Estado en un comunicado, en el que tildó al gobierno de Maduro de “dictadura autoritaria”.

Ante las elecciones, la Unión Europea abogó por el diálogo en Venezuela, pero mantuvo abiertas todas las posibilidades, incluida la de imponer medidas restrictivas.

El gobierno venezolano acusó al bloque opositor y a EU de “cuestionar la voluntad” del pueblo. “Tal como advertimos el viernes, la UE y algunos de sus Estados miembro [subordinados a Trump], cuestionan la voluntad del Pueblo venezolano”, tuiteó el ministro de Asuntos Exteriores, Jorge Arreaza. Agencias

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