En México hay indicios de una “creciente epidemia de metanfetaminas”, advirtió la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de Naciones Unidas, en su informe 2020.
En el documento, se señala que durante la sesión regular de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) realizada en noviembre de 2019 en Miami, el comisionado Nacional contra las Adicciones en México advirtió que “la prevalencia en el uso de metanfetaminas se incrementó de 0.1% a 0.9%” en la población mexicana entre 2002 y 2016.
Aun así, el reporte indica que la principal droga por la que la gente busca tratamiento en México es la marihuana. En ese sentido, externó su preocupación “por las novedades legislativas de varios países —entre ellos México— en lo que respecta al consumo con fines no médicos del cannabis”.
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Raúl Martínes del Campo, miembro experto independiente de la JIFE, recordó que México es signatario de tratados internacionales que contemplan que la marihuana solo se puede comercializar por motivos médicos. “Esperamos que el Congreso mexicano tome en cuenta esos factores y haya una ley [de consumo de cannabis] que cumpla los acuerdos internacionales”, señaló en declaraciones a la agencia EFE.
El reporte de la JIFE detalla que en un estudio encargado por el gobierno mexicano sobre consumidores de heroína y metanfetamina cristalina en las ciudades de la frontera norte de México, se detectó al sacar una muestra que 93% de la heroína blanca en polvo, 40% de la heroína negra y 100% de las bolas rápidas (combinación de heroína y metanfetamina cristalina) contenían fentanilo.
“Aunque el uso de la heroína en México no es elevado, excepto por algunas comunidades marginadas en la frontera norte, los consumidores de heroína en México han estado expuestos, sin saberlo, al fentanilo”, indica el texto, según el cual, eso explicaría “las sobredosis entre drogadictos en algunas partes de México en los últimos años”. Además, subió el comercio de sustancias a través de redes y de la deep web, y la distribución a través de servicios postales.
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El reporte destaca la presencia del Cártel de Sinaloa en el estado venezolano de Zulia, fronterizo con Colombia, donde, explica, ha aprovechado la existencia de pistas de despegue “para construir centros de tránsito y recolección de drogas”, en colaboración con la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que ha “expandido sus actividades” en Venezuela. También se ha incrementado la presencia de cárteles mexicanos en Colombia y “su actividad se ha vuelto más prominente”.