Washington.— La libertad en la red en México está constreñida por tácticas de manipulación online, altos niveles de violencia contra periodistas digitales y las investigaciones sobre prácticas abusivas de vigilancia. El informe anual de la organización Freedom House volvió a calificar al país como “parcialmente libre” en el ámbito digital, clasificación inamovible con respecto al año 2018, en la posición 30 de los 65 países analizados.

Ayer se presentó el informe anual sobre Libertad en la red a nivel mundial y México volvió a recibir reprimenda por la “violencia, las amenazas y los ciberataques que continuaron dirigiéndose con frecuencia a medios digitales cubriendo historias sensibles como el crimen y la corrupción”.

En ese sentido, el clima de violencia provoca que se exacerbe el nivel de autocensura en las redes. México también tiene un problema con el crecimiento de las cuentas falsas y robots que se dedican a difundir noticias falsas para atacar a ciertos candidatos políticos. Una tendencia que no mejoró tras las elecciones de 2018, con campañas de grupos que apoyan al gobierno de Andrés Manuel López Obrador atacando a medios de comunicación y a los periodistas críticos.

En el informe también hay espacio para el escándalo del soft-ware Pegasus, en el cual el gobierno mexicano liderado por Enrique Peña Nieto “usó la paupérrima situación de seguridad en el país como justificación para expandir los poderes de vigilancia sin casi rendición de cuentas ni supervisión”. Freedom House lamentó que se haya hecho “poco avance” en la investigación, a pesar de destacar que el actual gobierno anunció en febrero que el software se había desinstalado de todos los dispositivos afectados.

Eso sin contar los “ataques tecnológicos” a medios de comunicación, “táctica central” en los intentos de limitación de la libertad de expresión en México y que quedan en “relativa impunidad”.

Por otra parte, se destaca la expansión de la accesibilidad a la red y el compromiso del gobierno de la República en mejorar todavía más ese aspecto, algo que los autores del estudio apuntan como necesario porque el país todavía enfrenta “desafíos en su cruzada por incrementar la competencia y reducir la brecha digital entre las poblaciones urbanas y rurales.

A nivel global, Freedom House alertó del incremento del uso de las redes sociales como herramienta de manipulación por parte de los gobiernos, “desviando la tecnología hacia el autoritarismo”. Por noveno año consecutivo, la libertad en la red ha empeorado en todo el mundo.

Para los autores del informe, “las plataformas digitales son los nuevos campos de batalla para la democracia”, y los gobiernos utilizan el big data para vigilar las redes sociales y monitorear a sus ciudadanos y los bloqueos de la red como herramienta política.

“Muchos gobiernos han descubierto que la propaganda funciona mejor en las redes sociales que la censura”, dijo Mike Abramowitz, presidente de Freedom House. “Los líderes autoritarios y populistas en todo el mundo se están aprovechando tanto de la naturaleza humana como de los algoritmos informáticos para conquistar el voto, ignorando las reglas que fueron diseñadas para garantizar elecciones libres y justas”.

Además, “populistas y líderes de ultraderecha han aumentado su entusiasmo no sólo por crear desinformación viral, sino también por alimentar redes que la difundan”, dice el reporte.

Por cuarto año consecutivo, China es, de los 65 países analizados, “el peor agresor del mundo” en cuanto a la libertad en Internet, con censura “sin precedentes”. También ha sufrido un declive Estados Unidos, no sólo por la desinformación de las fake news, sino también por la expansión de la vigilancia de las autoridades y las agencias migratorias en cuanto a las redes sociales y registros sin permisos de aparatos tecnológicos de viajantes, manifestantes y reporteros.

“Agentes monitorearon con mayor frecuencia plataformas de redes sociales y condujeron revisiones desautorizadas de dispositivos electrónicos de viajeros para recopilar información sobre actividades constitucionalmente protegidas como las protestas pacíficas y el periodismo crítico”, detalló.

En Brasil, la victoria electoral del presidente Jair Bolsonaro fue un “punto clave para la interferencia electoral digital” con ciberataques dirigidos por actores anónimos contra periodistas, entidades gubernamentales y una inédita manipulación en redes sociales. “Una vez en el poder, Bolsonaro contrató a asesores comunicacionales a los que se atribuye liderar una sofisticada campaña de desinformación”, indicó el informe.


***Con información de agencias

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